Mary y Elliot.

Mary y Elliot, hacía poco que estaban viviendo en la morada de los Thompson. Una familia un tanto extravagante cuyo padre y madre, gozaban de la buena vida junto a sus tres hijos adolescentes. Queremos adoptar a esta pareja, para no separarlos. La bondad era un género muy amplio en aquella casa. Al principio todo era una esperanza de un nuevo hogar, hasta que pudieron verse los malos tratos de un padre un tanto alcohólico, y los caprichos del menor de unos tres niños jugando de manera sádica, algo que aprobaba la familia.

Tendrán que adaptarse, o volverán al pozo de donde vinieron.

La madre, Cris, le gustaba bañar en agua hirviendo a los retoños que no eran de ella. Por lo que propuso el calvario de despertarlos cada mañana antes de desayunar. El padre tomaba su cinto para divertirse en sus noches con algún azote, cuando no, por placer, y cuando no, para descargar sus miserias.

Un día, la pequeña Mary fue encerrada en un closet con llave, como broma macabra de sus hermanastros con el fin de asustarla por la oscuridad y encierro. Los gritos solo hicieron enojar a la madre de la casa que enseguida le propino unos golpes a título de enfado por haberla despertado de su siesta.

Fue interesante cuando Elliot sonriendo se acercaba a la cama donde estaba atada de pies y manos aquella mujer. A Elliot le agrada desmembrar partes de la anatomía. La cabeza de Astin, el menor miraba fijamente a Cris que apenas podía gritar por una lengua que era devorada por Mary, luego de cortarla. Mary es caníbal por hambre, y necesidad como la tiene Rudolf aquel borracho del cinto que se encuentra empalado desde el ano hasta su boca. No fue nada difícil. Solo dormirlo con su propia medicina

¿Es hora de ver cómo están los otros dos niños? Comenta Elliot. El agua estaba a punto de hervir, pero no es suficiente, los líquidos del ácido son más efectivos a la hora de quemar. Bellos huesos pueden verse, mientras la carne se disuelve. La dama de la casa, con un gesto implora, sin embargo ya es tarde Mary tiene apetito, y comienza a devorarla desde el estómago destajando la carne finamente, como un perro salvaje a su presa en la manada.

Los niños desaparecieron de la casa de los Thompson. Una familia de locos, que no sabía que tenían entre sus manos una pesadilla peor que ellos. Al tiempo se supo de la desaparición. En un orfanato, otra familia adopta a un dúo de menores, como lo han hecho muchas que han fracasado.