Extra: Buscando algo para regalar

-Anthony ella dijo que no se irá para siempre, ¡hombre respira!

El rubio que había estado sentado en la banqueta de inmediato dejó de morder su labio y de mover su pierna para ver a Neil, quién preparando mezclas parecía divertido con su comportamiento.

-Neil, no estoy preocupado por ello.

-¿Entonces?

-Solo quiero darle algo ¿de acuerdo?

-Oh...-asintió Neil y luego abrió los ojos-¡Oh! ¡Espera! ¡¿Está Anthony Weber siendo romántico?!

-¡No!-se quejó malhumorado el rubio-¡Solo era amabilidad!

-¡Ya, claro amabilidad!-ironizó obviamente sin creerle-Pero antes de buscar algo debes saber algo Weber.

-¿Qué?

-¿Vas a tener el valor para dárselo?

-Claro.

-Bien, si tú lo dices. Eso es una regla implícita al comparar obsequios, antes de comprarlos, debes tener claro que luego vas a darlos.

***

-Y al final no se lo diste-negó Neil-Te lo dije, si compras...

-Lo hice-le interrumpió.

-¿Eh? ¿Cuándo?

Anthony sonrió y se encogió de hombros. Neil no parecía satisfecho con esa respuesta y lo siguió por el camino molestando.

Sara no dijo nada al respecto, ella estaba metida en su música.

Y Anthony no se quejaba de Neil, en realidad le resultaba de ayuda. Sí le había dado el regalo a Estefanía, pero no como hubiera querido y eso le resultaba molesto.

No tuvo el valor, pero al final el regalo había terminado en manos de remitente, o, mejor dicho, maleta.

Ya que Weber aprovechó la distracción de Estefanía y lo guardó en la maleta cuando ella empacaba, eso sí, la excusa no había sido buena, pero al menos él había actuado con normalidad como para evitar verse extraño.

No iba a decirle eso a Neil, ni loco.

El bastardo no dejaría de molestarlo por ello.

Así que prefirió quedarse en silencio y guardar ese secreto. Tal vez solo Estefanía sería la única que lo sabría.