Capítulo 11:

Bajamos del autobús y mi amiga agarró mi mano y me llevó adentro; parecía una niña que jamás había salido de casa.

—Oh, mira qué linda está esta blusa, la quiero —decía mi amiga en cada establecimiento.

—Amiii —le dije.

—Que —me respondió esta.

—Venimos por mi ropa o a comprarte ropa a ti—

—Ay, Esmiiiiii, yo también compraré una que otra mudada —me dijo mi amiga dando un baile divertido y tierno a la vez.

—Mira, ese vestido te quedará a la perfección; los chicos morirán si te ven así —dijo Luna.

—Parece que soy puta —le dije.

—Oye, no, y además te verás muy sexy, por faaaa —dijo mi amiga mientras agarraba mi mano.

—Mejor di que lo quieres tú —le dije sonriendo.

—Sí, pero venimos por ti, vamos —me dijo, agarrando mi mano más fuerte y llevándome al establecimiento. Soltó mi mano y se acercó a la que atendía.

—¿Cuánto vale ese vestido? —le dijo mi amiga feliz.

—O ese vale 500, pero tiene una oferta que son 550 con los tacones—

—Está muy caro —le dije a mi amiga.

—Por favor, es único, ¿verdad? —le dijo a la chica guiñándole un ojo.

—Sí —dijo la muchacha con una sonrisa nerviosa.

—Está bien, me lo llevo —le dije a la chica.

—Te verás como una reina —me respondió mi amiga.

—Pero quería ir decente —le dije.

—Vamos, que irás decente; solo déjamelo todo a mí —me respondió.

Anduvimos como 5 horas buscando ropa y ropa hasta que, por fin, mi amiga se cansó y vio el reloj que ya solo faltaba una hora para mi cita.

En la última tienda, mi amiga sacó un traje y me dijo:

—Póntelo, te verás linda—

Agarré el traje y me metí al vestidor y, al salir, mi amiga se sorprendió.

—¿Ves? Te dije que te mirarías linda —me dijo.

Era el vestido que vimos al principio, que era color rojo vino, y unos tacones bajos.

—Por favor, parezco que solo quiero coger —le dije.

—Ok, eres muy optimista —me respondió mi amiga—. Vamos, suéltate el cabello y ponte este labial—

Me dijo mientras me maquillaba en la tienda, después me dijo: —Ya vamos a tu citaaaaaaa—