-EL PELIGRO

Aurora descubrió que nuevos sentimientos nacían por su esposo y que, lejos de ser un bárbaro, era un hombre dulce y gentil. Su hermano, el Emperador de Faryas, arribo al día siguiente acompañado por un numeroso ejército.

_Agradezco la urgencia con la que has llegado, Maximiliano.

_ Sonaba urgente.

_ Y lo es, créeme. Pero primero, tus hombres y tu pueden refrescarse y comer algo.

_Te lo agradezco. Tienes un bonito castillo, muy acogedor por dentro, y muy imponente por afuera. ¿Y mi hermana?

_En su clase de arquería. Está obsesionada con defender su hogar, en un segundo esta por aquí.

_Si es como yo, va a lograr lo que se proponga.

_ ¿La quieres mucho?

_No te negare que me sorprendió enterarme de su presencia, fue un golpe, pero, en el buen sentido de la palabra. Siempre estuve solo así que, luego de mi esposa y mis hijos, saber que cuento con alguien de mi propia sangre en quien veo mucho de mi, me reconforta. Lamento profundamente que tuviéramos tan poco tiempo juntos. Amanda la aprecia mucho, es como una hermana menor, pero ella quiso casarse y aquí estamos. Espero que hayas sido bueno con ella.

_Por supuesto, no podía ser de otra forma, aunque debo reconocer que las cosas se salieron de control.

_¿Cómo?_ pregunto Maximiliano preocupado.

_Siéntate, tomemos algo antes. _ le sirvió una bebida y ambos se acomodaron junto al fuego.

_Supuse que sería un matrimonio en los papeles y nada más, pero la verdad, siéndote cien por ciento sincero, cuñado, mi mundo quedo patas para arriba.

_ ¿En qué sentido?

El Emperador no podía creer lo que oía ¿Dónde se hallaba Darian el Bárbaro?

_Bueno…ay, es vergonzoso decirlo, pero…me vuelve loco. Solo pienso en ella desde que me levanto hasta que me acuesto, sueño con ella, la imagino en mis brazos, la…_Darian observo la cara de su cuñado y se detuvo.

_A mí me paso lo mismo_confeso Maximiliano riéndose sonoramente_ Desde que Amanda llego a mi vida, todo se transformó. Lo supe desde el momento en que la vi, necesitaba poseerla, era como una necesidad.

_ ¡Exacto! - exclamo el rey sintiéndose comprendido.

_Pero ustedes todavía no…

_No, para nada. En realidad, me encantaría, pero también quiero que ella lo desee, no sé si me explico. Somos hombres de mundo, cuñado, pero así mismo llega un momento en el que encontramos el zapato que nos calza y para mi es Aurora, sin lugar a dudas.

_ ¿Se besaron? _ le pregunto con disimulo. Después de todo, si bien era una conversación entre hombres, se trataba de su propia hermana. De haberla lastimado lo asesinaría ahí mismo sin dudarlo.

_Si_ afirmo rotundamente mientras observaba el contenido del vaso_ Fue como renacer, no sé cómo expresarlo. Mi cuerpo se tensó, mi amiguito también, no sé si me comprendes.

_Por supuesto_ agrego sin mirarlo a los ojos por pudor.

_ Fue y es una sensación maravillosa.

_ ¿Y ella te correspondió?

_Si, así es. La primera vez la tome por sorpresa, fue después de un entredicho, la arrincone contra la pared, la tome entre mis brazos y la bese. Fue fantástico sentirla así, su calor, su piel, sus gemidos…

_Bueno, Darian, es mi hermana de la que estás hablando

_Lo lamento, no quise ser impropio, cuñado. Es solo que no tengo con quien conversar sobre estos temas. Mis hombres se burlarían al saber que una mujer me lleva de las orejas, sería un total bochorno por el cual no deseo atravesar.

_Mira, Amanda transformo mi mundo. Al principio pensé en alejarla de mí, dada mi afición por la sangre y mis reacciones violentas. Tenía terror de herirla, no me lo hubiera perdonado jamás, pero fue ella la que dio el paso más temido. Me arrastro de mi dormitorio al suyo y me obligo a enfrentar mis miedos. Fue muy valiente, es lo mejor que me paso en la vida. No imagino mi mundo sin ella. Es feroz, implacable pero también tierna y comprensiva. Sera mejor que hagas feliz a mi hermana porque te aseguro que ella llegara antes que yo a cortarte a tu “amiguito”.

_Lo tendré en cuenta, cuñado.