Ruido en el silencio

Capítulo 19

Corrí sin rumbo, sin pensar.
Solo con una certeza clavada en el pecho: eso no era Lucía.

Mis piernas temblaban. Cada paso parecía más torpe que el anterior, pero no podía detenerme. No aún.

El pueblo estaba en silencio. Demasiado silencio.

Como si todo hubiera sido congelado.

Me escondí detrás de una casona vieja que recordaba vagamente. Sus ventanas estaban tapiadas, pero la puerta trasera cedió con facilidad, como si me esperara.

Adentro, el polvo flotaba en el aire.
El tiempo no parecía pasar ahí.

Me senté en el suelo de madera, temblando, con la espalda contra la pared.

Cerré los ojos.
Inspiré.
Exhalé.

Tenía que pensar.
Tenía que recordar.

"Lucía no siempre es Lucía."
"Nos volveremos a ver."

Me llevé las manos a la cabeza. ¿Cómo había terminado en esto? ¿Cuántas veces había vivido este ciclo sin saberlo?

Y entonces lo sentí.

Un impulso.
Una idea que no vino de mí… o tal vez sí.

Subí al segundo piso. No sabía por qué lo hacía. Pero algo me guiaba.
Una sensación.

La puerta del desván estaba entreabierta.

Entré.

Ahí, bajo una manta llena de polvo, encontré una caja de madera.

Dentro, un cuaderno con mi letra.

Temblando, lo abrí.

"Si estás leyendo esto… entonces todavía queda tiempo."

Pasé las páginas rápidamente.

Había notas, dibujos, mapas. Frases subrayadas.

"No te fíes del reflejo."
"La abuela sabe más de lo que dice."
"Lucía… está en el otro lado."

El corazón me dio un vuelco.

¿El otro lado? ¿Qué significaba eso?

Y entonces, un sobre cayó del interior del cuaderno.
Un sobre dirigido a mí.
Con una fecha escrita a mano:
“16 de marzo”.

La misma fecha en que todo empezó.

Mis manos sudaban al abrirlo.

Dentro, una foto.

Lucía y yo, en algún lugar que no reconocía.

Pero lo peor…

Era que en el fondo de la imagen, había una silueta.
Oscura.
Difusa.
Pero claramente mirándonos.

Y, detrás, en una esquina, escrito con mi letra:

"Ella no la soltará fácil. Vas a tener que entrar al ciclo por tu cuenta."

Me quedé helada.

Porque, aunque no entendía del todo lo que significaba…
Sabía una cosa:

Lucía seguía viva.

Y ahora me tocaba a mí traerla de vuelta.