Solo Un Latido MÁs

Capitulo Catorce

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Mikhaelo

Cómplices.

Realmente me veo ridículo, pero por Eros seguiré con esta absurda idea de tocar la guitara.

Veo todas las personas a mi alrededor y de pronto la observo entre el pequeño público.

Flashback

La sonrisa en mi casa no puede ser más grande Miranda acepto ser mi novia, subo las escaleras observando a mi padre.

Lo tomo de los hombros y lo abrazos bailando con él, su risa ronca me hace amar mucho más este momento

—Mikhaelo hijo a que se debe tanta felicidad— sonrió dándole la noticia que lo pone a brincar junto a mí.

Miranda Stile es una mujer maravillosa, vamos en el mismo curso y es sin duda la niña más hermosa, pero lo que tiene de hermosa lo tiene de odiosa, me costó un mundo poder sacarle platica y mucho más conseguir una cita con ella. Por eso celebro tanto porque lo logre, logre que la niña más hermosa del mundo aceptara ser mi novia.

Dos tres y cuatro meses y era lo mejor que me paso en la vida, tener la relación con Miranda reforzó mi relación paterna con mi padre.

Ese día cumpliríamos cinco meses de relación cuando escale por el árbol que daba con su ventana y sin hacer ruido entre a la habitación, le dejaría una sorpresa pero no conté con que la sorpresa sería para mí.

Escuche voces muy alegres y después, me escondí en el closet de su habitación, era el hombre más feliz del mundo hasta que, Miranda entro a medio vestir con Hermes Hidalgo besándose y toqueteándose, mi mundo se nublo logre volver en si cuando los escuche burlarse.

—Que patético luce dándote regalos mientras soy yo quien te pone a gemir nena— negué todo eso pero la gota que derramo el vaso fue escuchar decir que tenía toda la razón, me daba asco ver eso pero me quede porque no sabía que hacer o que decir, llore en silencio mientras mi novia gemía el nombre de otro hombre mientras me hacía creer a mí que era pura y virgen.

Desde entonces me volví el ser más frio del mundo, me buscaba y me decía que le dijera que tenía porque no sabía que me pasaba, la observe a los ojos y vi la mentira por primera vez en su mirada, subí el rostro y me topé con los ojos de Hermes.

No le dije nada porque ella simplemente no valía mi tiempo ni mis palabras, la deje y me refugio en la única medicina capaz de mantener aliviado mi dolor, el polvo blanco desde entonces va conmigo.

Ella me observa desde el público y no puede creer que sea yo solo agacha la vista mientras yo respiro profundó para no arruinarle la sorpresa a Eros porque jamás me lo perdonaría.

Tomo la guitarra dándome media vuelta buscando mi lugar, Eros es mi hermano, mi cómplice aun con este dolor que estoy sintiendo con la presencia de Miranda no lo defraudare porque se que el jamás me defraudaría a mi.