Capítulo 14: Juan

El superior Eric había aprobado el plan, solo quedaba una cosa por hacer.

Ir de misión.

Miré las vigas de mi litera mientras una luz azul tenue alumbraba vagamente la habitación, el reloj seguía su ritmo desolador marcando las cuatro y cuarto de la mañana, todos estaban dormidos, menos yo.

¿Por qué tenía la sensación de que esto iba a acabar mal para todos? ¿que esto era un grave error? Podía notar los latidos frenéticos de mi corazón al pensar en Ryan, encerrado en una celda, seguramente haya sido juzgado por sus acciones y ahora esté con los jefes más gordos. Todos estaban bailando en círculos, seguramente poniendo la vista encima de alguien que antes era considerado como un simple criminal y ahora como un posible enemigo que amenazaba con lo peor. La misma destrucción.

Notaba los nervios del superior Eric, la tensión entre los jefes más grandes me hacía pensar que esto era más grande de lo que pensábamos. Todo el mundo guardaba silencio ante la situación ¿pero por qué parecía ser todo lo contrario? las miradas entre los guardias y la gente con poder nos miraban de una forma, que me dejaban saber qué es lo que sabían de nosotros y qué es lo que no, sabían que Ryan fue parte de nuestro equipo desde hace años, él era un punto clave en nuestro equipo y él no fallaba, su determinación y su capacidad de enfrentarse a cualquier situación hizo que el pez más gordo pusiese el ojo en él. Como una vez dije, Ryan jamás desvelaba ningún secreto, era una caja llena de misterios, secretos y oscuridad que jamás quise querer abrir.

—¿Ryan, estás seguro que esto es una buena idea? —Estábamos en una sala solos.

—¿De qué estas asustado? —Sus ojos se posaron en mí torciendo el gesto.

—Esto se nos está yendo de las manos. —Sentí los nervios recorriendo mi cuerpo. —Siento que esto saldrá mal.

—Ellos confían en mí. Nadie ha conseguido algo tan grande como yo. —Miré desconfiado su sonrisa torcida.

—Si esto sale mal podría salpicarnos a todos ¿sabes lo que significa eso?

—Solo me estoy uniendo a ellos, no les estoy clavando un puñal en la espalda Juan, confía en mí, esto no le salpicará a nadie. —Miré la mano que me puso en el hombro.

—Esto es lo que he deseado siempre, ahora que lo tengo, me encargaré muy bien de hacer las cosas bien, como deben ser.

Entre cerré los ojos un momento.

—Solo, asegúrate de que esto no salpique ¿entiendes? —Le dediqué una mirada significativa.

—Se el aprecio que le tienes a esos chicos, podría jurar que darías tu propia vida para salvarles. Todos en esta base carecen de ese sentido... paternal que tienes, aquí lo único que hay son personas perdidas en la oscuridad, son monstruos, son lo peor de este mundo y extrañamente pareces el patito negro. ¿Sabes por qué somos tan especiales? ¿Por qué esa gentuza miserable nos miran como si fuésemos una especie de Dios? Jamás les ha interesado lo que nosotros hemos hecho, crear una alianza, un equipo que se pueda adaptar en las mejores circunstancias, que sean capaces de cumplir las misiones, hacer el trabajo mas sucio, tu y yo tenemos las manos tan manchadas de sangre, que cualquiera puede olerlo a kilómetros.

Por un segundo me miré las manos.

—Recuerda esto Juan, no estamos ni cerca de ser unos dioses, somos marionetas que están siendo controladas por otras. Somos insignificantes piezas de dominó, una vez que cae uno, caerán todos, uno por uno y cuando ninguno quede en pie, las hienas nos devorarán sin piedad. Y el juego comenzará de nuevo. ¿Me pregunto si cuando caigan todos, ahí estaremos nosotros también? ¿Estás dispuesto a cambiar el juego o a caer con todos?

Abrí los ojos cuando sentí que me faltaba el aire, lo solté lentamente sintiendo mi cuerpo congelado bajo la manta mientras el cielo se iba aclarando poco a poco.

Ryan quiere cambiar el juego.