RPT|08. Obsesión

DANÁE.

Mis ojos se abren al ver la figura de mi primo Caleb, sí un chico que está totalmente obsesionado conmigo desde que tenemos diez años.

—¡Andy! —Mi mano suelta la piedra que estaba a punto de lanzar —. Mi chica bonita.

Hice una mueca de fastidio, era un año menor que yo. Sus ojos medios rasgados obscuros y moreno.

—¿Tú chica? —Interrogó de una manera inconsciente —, ¿Por qué me llamas así Caleb? Ya hablamos de eso.

Casi lloriqueo.

—Y yo dije que no me importaba —indica acercándose a pasos lentos —. Además yo te…

Me quiero morir, tapo mi rostro con apique de vergüenza.

—¡Ni te atrevas! Déjame en paz.

Su sonrisa ni deja su rostro, olvidaba que cualquier escusa le divertía.

Yeray, siempre me salvas. ¿Dónde estás? Lo busco con la mirada y solo está de brazos cruzados viéndome con diversión. Le doy una mirada de mala gana.

Litzy se acerca a mi lado, su sonrisa asusta un poco y habla con voz tierna.

—Hola, Caleb. ¿Cuándo secuestras a mi hermana?

Él solo le da un sonrisa de boca cerrada.

—Cuando sea mayor, muy pronto.

—Oh, si —con satisfacción se da la vuelta para ir adentro. Esta niña.

Yeray por fin se aproxima a mi lado, saluda a Caleb con un choque de puños.

—¿Qué tal todo? —Indaga Caleb a Yeray, el cual miraba con recelo.

—Todo un poco complicado —lo veo sacar de bolsillo su teléfono gris —. Aquí, dándole mi teléfono a esta.

Lo mire ofendida. ¿Cómo se atreve?

—¡Oye! Tengo nombre.

Escucho su lengua chistar, por lo que Caleb sonríe por su actitud. Complacido.

Dios santo, creo que ya no me va a ayudar más con espantar a Caleb. Creo que nuestra amistad ya no es muy comprometida como antes. Yeray me extiende el celular con una sonrisa algo floja.

—Escuche tus gritos en la mañana, así qué… —mira al teléfono, dándole vueltas nervioso —. Toma.

Un suspiro deja mis labios. Apenas y  pude soltar su nombre en notable nostalgia, lo cual el me sonríe poniendo su teléfono en mis manos. Se que en la mañana hice todo un show porque mi teléfono no funcionó ni un poquito.

—Después de todo —continua hablando —, las cosas materiales vuelves, pero nuestra amistad no sé.

Y con ello se da media vuelta, yo miro a Caleb él cuál está dándome una mirada de disculpa.

—Siempre fueron amigos —afirma. Yo asiento, después de todo lo a dejando en claro mi amigo.

—¡DANÁE! —Grita mi pequeña hermana llegando a mi lado —, dice mi abuela que vengan a comer. Y que cuidadito con que corras a Cal.

Yo solo ruedo los ojos. Vamos tras de mi pequeña hermana y al entrar hago un intento por no vomitar al ver la famosa bebida de mango que se estaba haciendo a tener como postre.

Me invitan a sentarnos y mi hermano Ares me miraba con malicia alzando sus cejas en burla.

•★•💞•★•

Tome un pedazo de tarta que llevaba como ingrediente principal el mango, el bendito mango. ¡Odio esa fruta! Y sin embargo e aquí dándole un bocado a la atenta mirada burlona de Yeray, Ares y mi pequeña hermana que me miraba con pena.

Cuando termine de comer la pequeña porción, avente con alegría el tenedor al plato ya vacío. Aunque mi estómago no creo que soporte más.

—¿Otro trozo querida? —Pregunta mi abuela, partiendo la tarta.

—No, gracias abuela — dije rápidamente.

Me puse de pie de un salto. Le digo un gracias de nuevo para salir prácticamente corriendo de la cocina dirigiéndome a dónde están mi familia reunida. Ósea el porche.

—Te dije que mamá hacia que Dánae tomará o comiera lo que le no le gusta —Dijo mamá con orgullo al verme parado limpiando mi boca con el dorso de mi mano con asco.

—Mi abuela hace milagros — Aportó Ares «Ojala hiciera milagros para que te gustarán las mujeres» pienso—. Esta rico la torta, ¿A que sí?

—Es un…. — Escuche la puerta cerrar se y volteo a ver y veo saliendo a mi abuela con una sonrisa —. Un, mangar.

No quería herir sus sentimientos, todos me miraron con burla y mi abuela mas que contenta por mi comentario. Sabía que mi queridísimo hermano preguntó eso porque la vio venir.

Pero me las va a pagar.

¡Va a la Lista Negra!