Capítulo 18: La Quinta Puerta

Pedro encontró los planos antiguos del pueblo en la biblioteca subterránea de la iglesia. Allí, descubrió un símbolo escondido entre las construcciones: una estrella de cinco puntas que conectaba el cementerio, la iglesia, el antiguo orfanato, la casa del alcalde y… una quinta estructura enterrada en el bosque.

La llamaban “La Quinta Puerta”.

Salazar, aunque escéptico, accedió a acompañarlos con un equipo reducido. Caminaron durante horas hasta hallar la entrada: una puerta de hierro enterrada bajo raíces de árboles antiguos.

Cuando la abrieron, un hedor podrido les golpeó el rostro. Bajaron con linternas.

Lo que encontraron parecía una mezcla entre búnker, templo y prisión. En las paredes: pinturas rupestres modernas, hombres con máscaras, ríos de sangre, niños llorando, símbolos esotéricos.

Y al fondo: una silla de madera con correas de cuero… usada recientemente.

Laura encontró en una estantería una caja con documentos. Dentro, cartas firmadas por sacerdotes y miembros del consejo del pueblo, reconociendo sacrificios humanos en nombre del “orden natural del río”.

Salazar vomitó. Pedro lloró. Laura solo sintió frío.

Habían destapado algo mucho más profundo que un crimen.