CAPÍTULO 9

New York

1996

Patrick

Siento un brazo rodear mi espalda, sus ojos se posan en los míos y me dedica una sonrisa. Los rayos del sol entran por la ventana y me froto mis ojos para aclarar mi vista.

Anna, me observa mientras su cabeza descansa en mi pecho y su mano acaricia mi pierna.

—Es hermoso amanecer a tu lado —digo.

Acaricio su cabello y ambos nos sentamos en la cama, enciendo la televisión y la dejo en cualquier canal. Últimamente las noticias no paran de hablar acerca del incendio de una tienda famosa de por aquí.

—Ya me aburrió esa noticia, Patrick —bufa Anna.

El teléfono de la casa suena desde la planta baja, me levanto de la cama y susurro un ya vengo a Anna. Bajo lentamente las gradas y contesto la llamada.

—Hola, ¿Ya tienes todo listo? —pregunto con una sonrisa de lado.

—Hola Patrick, ya está todo listo —contesta—. Sólo falta que me confirmes el día, por favor.

Asiento, aunque sé que no me puede ver. Tomo una manzana de la alacena y le doy un mordisco.

—Gracias T... —Anna entra a la cocina y me observa—. Creo que se equivocó de persona, señora.

Cuelgo y me acerco a ella. Deposito un beso en su frente y la halo de la cintura hacia mí.

—Tú y yo tenemos que tomar una ducha —digo.

Sonríe.

— ¿Desde cuándo tomamos duchas juntos?

—Desde que nos casamos, cariño.

No le hagas daño.

Bufo, ella sube las gradas dejándome solo en la planta baja. Debo hacerlo, de todas maneras, ella sufrirá; sin embargo, todo es una farsa.