◍ Episodio 59: CAPÍTULO V. ¿CUÁNTO TIEMPO NOS QUEDA? ☽

◍ DE NOA Y NATÁN ☽

Abrí los ojos y vi a Edgardo. Estaba de pie justo sobre mí, en la habitación oscura, sonriendo de forma aterradora. La herida de su mejilla sangraba. Y olía mal. Me estremecí y… desperté.

— Solo fue un sueño. Una pesadilla, nada más —murmura Natán dormido — me sintió, sintió mi miedo.

¡Qué susto! Suspiro aliviada y abrazo al chico. Está tan cálido. Casi ardiente. No sé por qué. Cierro los ojos y mi mano, sin querer, empieza a acariciarlo. Por el pecho, luego más abajo.

Sin despertarse, Nate también extiende sus manos hacia mí. Me rodea por la cintura. Luego, más abajo. Me aprieta el culo. Le acaricio por encima del calzoncillo y siento cómo se excita. Los dos estamos medio dormidos, así que no somos nosotros quienes lo hacemos. Son solo nuestros cuerpos, que de pronto han querido intercambiar almas. Y ahora su alma en mí busca su cuerpo. Ya nada podrá detenerlos.

Su mano termina entre mis piernas. Yo también me caliento, tanto como él. Nuestra respiración se vuelve cada vez más profunda. Los labios se unen en un beso.

*

Su piel es tan suave. Debe de ser un sueño. Pero ya estoy tan excitado que no hay tiempo para despertarse. Me quito los calzoncillos y me coloco sobre ella.

— Dijiste que no iba a pasar — me atrevo por fin a abrir los ojos y comprendo que el sueño ha pasado a ser realidad.

— Ya es mañana. Ya llegó.

— Cierto.

¡Dios mío! Su gemido corta el instante en que entro en ella. Aparto la manta de nosotros, como si hubiera un tercero de más — aquí ya hace suficiente calor. Sus manos y piernas me envuelven. Cada célula de nuestro cuerpo reacciona mutuamente.

El ritmo. Esa es la clave. Todo en el mundo tiene su propio ritmo. La música, las obras de arte, las conversaciones, las relaciones, el tiempo. Encontramos nuestro ritmo común — Noa y yo. Resonamos con todo el cuerpo, incluso con la conciencia.

— Quiero estar encima — susurra, y me recuesto de espaldas.

El sexo con alguien a quien amas es tan distinto del resto del sexo como lo es la masturbación del sexo. ¡Aunque no tengo nada en contra de la masturbación!

— Puedes correrte dentro de mí… — me susurra Noa.

— ¿De verdad?

— Sí.

— ¿Tú quieres?

— Mucho…

En el momento en que alcanzamos el orgasmo, siento que tenemos un solo alma en dos cuerpos. Ni más, ni menos. Alquimia total.

— Te amo — le susurro al oído después de todo, y ella me abraza feliz.

— Yo también te amo…

El amor, como el cine, necesita una buena dirección. Pero ¿y qué? A veces solo quieres que todo sea como en una gran película.

***

— En el póker hay un personaje llamado Maratik. Ese es su nick. Trabajaba como taxista. Un tipo completamente normal: siempre jugaba torneos de póker en línea de muy bajo costo. Y en 2012, sin gastar ni un centavo, ganó el Main Event del WCOOP – 2012. Ganó un millón de dólares. Leí una entrevista con él.

— ¿Y qué? ¿Ya lo perdió todo? — pregunta Noa.

— No. Hace poco volvió a dar una entrevista y dijo que ahora vive de los intereses de sus inversiones. Sigue jugando un poco, pero en límites bajos. Invirtió todo el premio y se compró un departamento. En resumen, hizo lo correcto — explica Natán.

— ¿Y por qué me lo cuentas?

Están sentados en la cocina, tomando té por la mañana. A ninguno le gusta el café en el desayuno. Ambos son completamente distintos de la gente común. Totalmente fuera del ritmo habitual de la vida, completamente alejados de las normas.

— Porque tú eres mi Main Event. Mi evento principal.
— Ajá. ¿Y anoche me ganaste?

Ambos se echan a reír.

— Las chicas con sentido del humor son un tesoro.

Nate la mira con ojos enamorados. Esa mirada se reconoce a simple vista.
— Ven aquí.

Noa no se diferencia mucho del chico. Nate se acerca, la abraza. Se quedan de pie junto a la ventana y ven a Mark saludándolos.
— Nos reconoció — sonríe ella.
— Sí.
— ¿Vamos a visitarlo? — propone ella.
— Le dolerá vernos así. Estamos tan enamorados y felices.
— Tal vez. O tal vez no. Tal vez justo ahora necesita ver que la vida continúa.
— Entonces vamos. Más tarde.
— Bien.

Noa toma la mano de Nate y la coloca sobre su vientre.
— Te deseo — dice ella.

Dos personas completamente desconectadas de todo, pero profundamente conectadas entre sí. ◍

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