Prefacio

Cuándo te alejas de la persona que amas, dejas un pedazo de tu corazón con él. El vacío se vuelve insoportable día a día y las preguntas comienzan a invadir tu mente.

¿Está bien? ¿Me extraña? ¿Qué hubiera pasado si no me hubiera ido?

Son tantas preguntas las que me hago día a día, preguntas que no obtienen respuestas. Sé que podría ir para conocer las respuestas de estas pero... Mi sueño está aquí. Estoy dividida entre irme y dejar todo para estar con él o quedarme y afrontar la realidad.

Cuando lo conocí... Fue el peor día de mi vida.

"Diciembre, Nueva York.

Pasajeros con destino a...

Seguí caminando con paso firme hacia la salida del aeropuerto, deseando que despidieran a la maldita aeromoza que tuvo la brillante idea de tirarme whisky encima... ¿O es ron? Da igual, siempre apesta y la mancha en mi blusa blanca no desaparecerá por saber el tipo de alcohol.

Le di mi maleta de mano al chofer y entré en el auto, recostándome en los asientos traseros para poder descansar al menos unos minutos hasta llegar al Hotel. Estos viajes me dejan exhausta, al punto de querer decir: Ya no. Sin embargo no lo hago, ya no sé si no lo hago por mi o por mis padres pero el punto es que no me atrevo a dejar ir todo aquello por lo que me he esforzado tanto en conseguir.

Las personas piensan que por pertenecer a la familia Hamilton, la familia más millonaria del mundo entero, todo en mi vida es fácil. No son consientes que entre más dinero y fama tienes, mas odio recibes. Durante mis catorce años en la industria del modelaje, he recibido más odio que amor, de parte de mis compañeras de trabajo y de las revistas de moda. Nunca falta el típico comentario de: "Su vestido es hermoso pero su rostro se fue a la mierda con esa nariz operada" o "¿Vistes que se operó los pechos para lucir bien ese vestido?". Hablan por hablar porque mi belleza es natural.

Malditas ardidas de...

—¿Señorita Hamilton? —me senté de golpe, avergonzada de haber permanecido en las nubes por tanto tiempo—. Hemos llegado.

El Hotel Hamilton, el mejor hotel en Nueva York. Bueno, los hoteles Hamilton son los mejores hoteles en todo el mundo y listo, no hay nadie que los supere. Mi papá es el dueño, pero comparte las ganancias con toda la familia. El único problema aquí es que nadie de la familia quiere hacerse cargo de los hoteles cuando papá se retire así que...

¿Matrimonio arreglado? Es muy posible. Estoy dispuesta a lo que sea para ayudar a papá, aun que él y mamá estén en desacuerdo con eso pero dudo mucho que yo pueda con tanta carga. No soy buena con los números y no tengo ni idea de lo que hace papá, soy mala para leer contratos o pensar en dinero. No soy tonta, soy inteligente en cosas apartes como la moda, el arte, la música, la fotografía y obviamente, los desfiles.

Pero nunca en la vida, me metan en una oficina.

Estaba por bajar del auto cuando visualicé una cabellera rubia en una mujer delgada y de baja estatura. La verdad es que no me fijé mucho en la mujer, que hasta a diez kilómetros de distancias podía saber que era mi prima Demitria, la razón por la que estoy aquí. Mis ojos fueron directos al hombre que la acompañaba.

Alto, cabello castaño con tonos rubios, labios rosados y aun que no alcanzaba a ver bien sus ojos, podía apostar a que serian de un color claro como café miel o parecido. Vestía un traje negro bajo su abrigo de marca, de la nueva colección de invierno, el cual le regalé a papá hace unos meses.

No tengo idea de quién es, pero vaya hombre...

Por unos minutos, me olvidé que una tipa estúpida que se hace llamar modelo me encerró en un armario, que el chico que me atraía me dijo que era demasiada niña para él y olvidé a la aeromoza.

También olvidé que tenía una fea mancha en mi blusa y que mi sostén negro estaba a la vista y salí del auto.

Eso último no quería olvidarlo...

El lado bueno es que conseguí comprobar una cosa que papá me explicó hace mucho: el amor a primera vista, si existe."