Epílogo

Julia

La vida nos ha cambiado para bien a todos, todo tomó rumbo, un rumbo sin tropezones; desde antes de nacer las gemelas no mudamos hacia nuestra casa, el término del embarazo fue tranquilo y el parto fue calculado para que ni las chicas ni yo sufrieramos percance, todo salió perfecto. Tuve el apoyo de la señora Lía, la señora Annette; ellas estuvieron ahí como la mamá comprensiva que necesite en esos momentos, las dos lo hicieron magnífico.

Ya han pasado un año y medio del nacimiento ya me desenvuelvo con ellas, Juliana es tranquila y amorosa, caso contrario Julieta berrinchuda digamos que es la versión femenina del tío Franco.

La señora Lia nos sorprendió al formalizar una relación con el doctor Donato; ella se merece que la quieran bonito, aunque Fabricio y Franco al principio se negaron, pero terminaron aceptando, al ver el magnífico hombre que es.

La custodia de Franchesco y Fátima la tiene la señora Lia y el doctor Donato; por temas de trabajo de él ya no viven acá en Milán, viven en Cagliari bastante lejos de nosotros, pero eran felices, cada que los chicos tienen días libres del colegio, nos visitan o nosotros vamos allá.

Desde Londres les mandaron a las chicas un cachorro hermoso; llamado Akira, la amistad con Kailam y Sofía se ha intensificado con el paso de los años. Akira hace parte activa de nuestra vida familiar y les hace tanto bien a mis muñecas.

Diseño desde la casa, pero a partir de hoy volveré en firme al conglomerado, tengo una empresa y no puedo dejar a Alice sola en esto, así que hice una especie de trato con Fabricio, iría algunos días al conglomerado y dos días a la semana me hacía cargo de la fundación enrejados; me hacía feliz ver las caras de las chicas encarcelados cuando veían sus diseños vendidos a las joyerías más prestigiosas de Italia. Ya teníamos el proyecto listo para atacar los centros de reclusión varoniles, tenía la ayuda de Fabio y de Fiorella que se mudaron a Milán y ambos hacían parte activa del conglomerado y de la fundación.

Hoy es un día especial desde Colombia me llega un paquete, he tenido comunicación con el cónsul Carmen Torres y ella me ha indicado que lo que me traen, viene desde la unidad de víctimas del conflicto en Colombia, estoy con Alice en la casa cuando me entrega una caja algo pesada.

- Ábrela mujer no te la quedes mirando ... lo que sea que contenga lo afrontaremos juntas – le sonrió y procedo a desenvolverla –

- Me algo de susto

- Aprovecha que tus polizones están durmiendo – nos sentamos en suelo, mi corazón me va a estallar –

Nos quedamos en silencio, la caja contenía parte de mi parte de mi pasado; fotos, recuerdos que quedaron esparcidos aquel fatídico día, no sabía si llorar o reír, en mis manos tenía fotos de mi infancia y de mi familia; a los papeles no les preste mucha atención, me quedé embelesada viendo las fotos y todo vino a mi mente de nuevo, siento que Alice se mueve a mi alrededor y empieza a llamar por teléfono

- ¿Es tu familia verdad? – levantó la mirada y le sonrió –

- Si ... conócelos – se sienta a la par mía y le entregó la foto, mientras observo las demás –

- ¿Tenías hermanos gemelos? Que guapos

- Si ... Juliana en personalidad me recuerdan a ellos – sentimos que abren la puerta con fuerza y me enfoco con Fabricio, se acerca en silencio y simplemente me abraza y observa las imágenes con nosotras –

Al rato Alice nos deja solos sé que me quiere preguntar, pero enfrasco en las niñas y la conversación la dejó para más tarde. En la noche escucho a Fabricio en la cocina, llega a la habitación con dos copas de helado grandísimas, según a estas horas podemos tener un momento para los dos

- ¿Y de dónde sacaste helado a estas horas? -se sonríe –

- Tengo mis mañas amor ... ¿cómo te sientes con lo que te enviaron? – me entrega la copa de helado-

- Tranquila ... siento que necesitaba esas fotos para sentirme completa; eso no quiere decir que estoy incompleta con ustedes, para nada ... quería que nuestras hijas tuvieran una imagen de sus abuelos y tíos

- Te entiendo amor ... - dejo el helado a un lado y me siento en su regazo –

- ¿Qué te preocupa? - suspira y se sonríe -

- Nada me preocupa ... la señora de foto ya la había visto

- ¿Como así? ¿Dónde viste a mi mamá?

- Cuando estaba en el hospital que me operaron, tuve como una especie de sueño ... una mujer mayor me hablaba y me mostraba cosas que pasarían en un futuro, en nuestro futuro Julia; en ese sueño me dijo que tu alma sanará con mi amor ... vi dos chicas exactas ya grandes y dos chicos más uno más grande que el otro

- En serio ... qué más viste

- Estábamos en el jardín ... - me señala el patio de la casa –

- Increíble Fabricio ... es verdad gracias a tu amor he sorteado tantas cosas, sentir que me amas de la forma que lo haces me hace amarte cada día más - quedo pensando en lo que me dijo y agarro la foto donde está mi madre – entonces era ella

- Si ... - esconde su rostro en mi cuello –

- Su voz siempre fue suave un tanto juguetona – se sonríe –

- Así mismo lo note

- Vistes a Juliana y Julieta – no me deja terminar –

- Me compraré algo para defenderlas de los hombres, porque son dignas hijas de su madre ... hermosas

- ¿Y los chicos? – se sonríe –

- Guapos ... ¡tendremos dos hijos más mujer! – se queda pensando –

- Aja, pero por ahora no ... verdad, mejor terminar con el helado antes que las polizones devoradoras de helado despierten

La vida, el sistema, Dios ... me devolvió aquello que perdí, me siento inmensamente feliz; con Fabricio tomamos la decisión que cada cierto tiempo viajaremos a Colombia, para visitar donde están los restos de mi familia y para que mis hijas conozcan de dónde vengo y aprecien su segunda patria.

Fabricio

Me sentía inmensamente feliz ...

Hoy teníamos una gala en favor de la fundación enrejados, iba ser el hombre más envidiado, ya que me acompañarían mis tres amores; todos en la gala quedaron maravillados con los diseños que las chicas han hecho. En medio del festejo teníamos una subasta de Joyería, para recaudar fondos y así las chicas de los diferentes centros de reclusión pueden tener un poco de dinero y enviarles a sus seres queridos