Cap. 8

Autora: M. Esparza

libro 1 Trilogia curvas Impredecibles

***POV CONNOR***

La tarde había llegado a decir verdad extrañaba verla justo como en este preciso momento en que arregla su hermoso cabello mientras en sus piernas esta reposado un libro o más bien el libro que le había prestado, cada sensación hacía que las facciones de su rostro cambiaran. Hace unas horas le había ayudado a empacar la mayoría de su ropa para sus vacaciones en Georgia, aunque en mi cabeza no le agrada la idea de que vuelva a Oregón.

Mientras avanzaba por la poca conocida carretera se escuchaba de fondo a  Chet Baker, una melodía bastante extraña para los gustos de Annie o más bien para mí  ya que no sabía que le agradara este tipo de genero pero veo que hay muchas cosas de ella que no se y la verdad es que me agrada descubrirlas cada día más, jamás me hubiera visto en esta situación tan placentera como lo es ver a mi mujer en una paz inmensa mientras lee un libro y una de sus manos acaricia el vientre donde se haya mi hijo, jamás lo hubiera imaginado estando drogado pero lo bueno de todo esto es que lo estoy viviendo.

Desde que volvió a mi vida he tenido la idea más estremecedora en mi cabeza, tal vez si se lo digo en estos momentos no lo acepte o quizás diga que no pero después de todo lo que he vivido y ver como la vida me ha dado la oportunidad de ser feliz con esta pequeña sorpresa hace que quiera cometer la locura más feliz de la vida, no me veo una vida sin ella, el pensar que en un futuro mi hijo correrá por el patio de la casa mientras juega con Boky, ver como una Annie mira como si fuera lo más hermoso de su vida hace que mi pecho se infle de orgullo por tenerla a mi lado, estoy decidido a tomar el resto de mi vida con ella.

- ¿En qué piensas?, Cariño- su cálida y pequeña mano me hacen regresar a la realidad.

- Nada de qué preocuparse, amor - suspire mientras miraba cuan pequeña se formaba una sonrisa sutil en sus labios rosados.

- ¿Sabes? estoy algo nerviosa por el tema de tus padres - entendía por qué se sentía así y quien no cuando nunca conociste a tus suegros y cuando los vas a conocer estas embarazada.

-Nena, ellos te adoran y también quieren conocerte - sus labios adoptaron una forma rara al decirlo, pero luego de pensarlo relajo su rostro.

- Esta bien - entrelazo su mano con la mía mientras dejaba de lado el libro -En pocos días mi hermana cumplirá años y la verdad es que no sé dónde le haremos su fiesta de cumpleaños, pero de igual forma quiero invitar a tu familia- soltó sin más, no pensé que fuera a decir eso.

-WOW - me costó reaccionar a lo que había dicho - Me alegro por tu hermana, pero ¿Estás segura de esto?, es decir, no te estoy obligando a que los conozcas- estaba seguro de que ella tenía seguridad en afrontar la situación, pero no quiero presionarla en este sentido sé que es un poco difícil.

-Por supuesto, creo que sería una forma más tranquila de hacerlo- claro ella había cambiado tantas cosas sobre si misma que aún me sorprende su manera de actuar.

-Está bien, yo les informare - guiñe en su dirección provocando un sonrojo ensordecedor.

Seguimos el trayecto en tranquilidad y la verdad es que me agradan estos silencios donde solamente puedo apreciarla a ella y a lo que lo rodea, ella es tan ... Enigmática que todo lo que está a su alrededor se convierte en luz y alegría, sé que la lastime de una manera que jamás me perdonare, sé que al final de todo quien tiene todo el derecho de hacer su vida con la persona que la haga feliz es Ella pero me niego a dejarla ir, se ha convertido en la persona menos monótona de mi vida permitiendo con sus defectos y virtudes hacerme saber que no importa quienes están a nuestro alrededor y solo darle la importancia de  lo que siente el uno y  el otro.

Me he dado cuenta de que es más fuerte de lo que parece, su presencia te deja tan confundido que no sabes si lo que vez es real o producto de la de la intangible imaginación, su transparencia e inocencia te dan esa sensación de querer proteger, verla sonreír y reír hará que tu corazón vaya a la velocidad de un depredador sintiendo toda la adrenalina posible, sin dejar escapar cada mínimo detalle de ese rostro lleno de paz.

Después de media hora más tarde estábamos llegando a la ciudad y la verdad es que moría de cansancio, pero más Mi mujer, el embarazo la deja agotada y más en este momento que duro el viaje, en este instante ya hacia dormida en el asiento de copiloto con un brazo en su vientre y su mano reposada en su cabeza mirando hacia mi dirección permitiendo que algunos mechones de su cabello resbalaran y le dieran ese aspecto hermoso.

Sonreí lleno de euforia y orgullo, estaba emocionado por que mis padres la vieran y conocieran. Aunque también estoy preocupado por el aspecto social, nadie ve bien que un mayor de edad este en una relación con apenas una niña porque ella lo es, es una niña, que me permitió entrar en su corazón y cuidar de él, así como dio permiso para adueñarme de su alma y cuerpo, pero no me importa la opinión de nadie más, sino que lo que ella desee. Deje de pensar en eso y seguí conduciendo hasta llegar al vecindario en donde mis padres vivían y di vuelta en la otra calle para mirar desde la esquina la casa de Mi princesa con carros fuera de ella, supongo que es su familia, sabía que Víctor no vendría hasta mañana, pero supongo que el resto de ella estaba ahí aparque el auto y gire sobre mi asiento.

- Nena - mi voz salió apenas en un susurro mientras acaricie su mejilla - ya llegamos, amor - hizo caso omiso a mis palabras sin embargo se pegó más a mi mano y suspiro.

-Por favor, no - dijo tan bajo que si no hubiera sido que estaba muy cerca de sus labios no la hubiera escuchado.

Mierda, muero por besarla y hacerle el amor, hacerle saber que la amo en verdad y que se ve más hermosa como nunca antes lo estuvo, antes del embarazo pensé que era una reina digna de merecer, pero ahora pienso al ver esa mirada llena de un brillo especial que es una diosa que podría tener a cualquiera que desee a sus pies, pero no, ella es mía.