Capitulo 46 (Chiapas Parte 5)

Aquel ente al escuchar la voz de la joven, reacciona a girarse para verla, la furia creciente en aquella figura femenina, provoca que el agua se alborote a gran medida, notándose grandes olas violentas.

Podría impresionar a cualquiera, pero… En esta ocasión, se encuentra alguien que nivela el ambiente.

Claro, aprovecho que no estaba, para hacer uso del elemento de esta Diosa a su antojo y provocar trampas en las habilidades de los demás.

Bueno eso ya no ocurrirá.

Sin más intenta atacar a la castaña pelirrojita, pero esta no necesita hacer mucho, al ser una Diosa que es quien controla el agua, este elemento la respeta y no sería capaz de herirla, aunque fuera manejado por otro ser.

Sobre todo uno tan violento y maldito.

Por fin da la cara, el semblante de una mujer, con vestimenta blanca, desgarrada en la parte baja de la tela, con un rostro descarnado, sin facciones humanas ya, los puntos rojos en sus cuencas asemejando a ojos del mismo infierno.

Una entidad que no es buen augurio para nada.

-Chokasiuatl, ¿Cuánto sufrimiento pretendes provocar?- Su voz podría sonar ahora tranquila, pero su ceño fruncido demuestra que está conteniéndose en gran medida.

Sobre todo al ver este alboroto y haber molestado a sus amigos, no perdonara este atrevimiento.

Desde luego no contesta, enfadada por no poder hacerle daño.

Decide mejor seguir con su plan inicial, llevarse a ese pequeño, que aunque no es para nada precedió a los habitantes de este país, lo ha escogido pensando que podría ser de alguna forma uno de sus hijos perdidos.

Pero al intentarlo, se lleva la grata sorpresa que el comos de estos caballeros están en igualdad con el poder de ella.

Si intenta tocar a Kiki, el muro de cristal se lo impedirá, repeliendo cualquier ataque.

Provocando el desconcierto y furia de este condenado ente, que no se ira sin su presa.

Los gritos desgarradores y estridentes, causando gran molestia en los oídos de cualquiera que los escuche, descontrolando a gran medida su ser, demostrando que es un ser vengativo, errante, que solo desea el caos y dolor en los humanos.

-¡¡¡BUENO YA BASTA!!!- Enfadada por la forma de actuar de este ser, solo decidida a seguir con su necedad, de arrastrar a un inocente al mismo infierno.

El agua la respeta, la obedece, solo necesita imaginar lo que realmente desea hacer, y este elemento toma la forma de lo que desea.

Cadenas gruesas de aquel líquido vital, sujetadas a las muñecas y tobillos del ser.

Podría ser un ente, fantasma o hasta un alma demoniaca, pero… Si se enfrenta a una Diosa, esta condición no le ayudará a liberarse de un agarre así, y más si se ha materializado de forma física.

Desde luego no le gusta para nada ser atrapada de esta manera, imposibilitándola en hacer algún movimiento, incluso lo que antes lograba controlar, ahora no la obedece.

Pues la verdadera protectora de este elemento ha llegado y no permitirá más caos.

Gruñidos, lamentos, gritos son lo que pronuncia una y mil veces aquel ser, que todos los habitantes de México conocen como “La Llorona”.

Pero aún no había lanzado su característico lamento, hasta cuando la desesperación la invade.

La mirada de los expectantes fijos en el ser que se encuentra por completó atrapada, intentando liberarse de un encierro de sus extremidades, que no lo lograra hacer por ahora.

Esto aprovechando la oportunidad, que la familia Aries-Virgo, se pongan en un lugar más seguro, principalmente para que Kiki este a salvo, y recuperé la conciencia.

Ya nada podría ocurrir, desde luego está en brazos de Mu y él, junto a Shaka no dejarán que nada le pase a ese pequeño.

Por su parte, Chokasiuatl se encuentra muy molesta, y más al ver que alguien pueda disfrutar de la felicidad de tener a su hijo a su lado, cosa que ella misma se negó desde tiempos antiguos.

Para ese ser, Mu representa a la madre del pequeño, no se ha dado cuenta siquiera que es un hombre, pero… Quiere arrancarle a esa criatura para que sea suya.

Pero sus movimientos, todos son neutralizados, sin posibilidad de movimiento, aunque este sobre el agua, que antes ese fantasma o espectro usaba, ahora es sólida, para poder caer de rodillas y al fin lanzar su lamento más estridente.

-¡¡¡AYYYY MIS HIJOS!!!- Es un sonido, que posiblemente cualquier persona cercana llegara a escuchar, y poner la piel de gallina como se le conoce a ese escalofrío que recorre el cuerpo de cualquiera a saber que está cerca.

Metztli, esta serena viéndola, pero el profundo enojo que lleva en su interior por esta mujer, se incrementa a gran medida con cada minuto y acto que intente cometer.

Los caballeros dorados, no comprenden del todo que es lo que ella es, pero sí que es una amenaza que no pueden dejar pasar.

-Muy bien, ¿Quién en esta cosa?- Ya se necesita alguna respuesta ante ellos y la única que se los dará esta delante.

-Ella es Chokasiuatl- Habla tranquila, sin apartar la vista del ser, frunciendo el ceño –Es una entidad maligna…- Suspira, apretando sus puños –De la que soy responsable de su creación-

Revela un dato bastante complicado.

Aquellos que se encuentran conscientes la observan sin poder dar créditos a lo que está diciendo, a lo que han conocido de ella, no es una Diosa del todo cruel, o que sea capaz de hacer daño, pero solo han visto una parte de ella, como humana, no en su totalidad de Diosa.

-¿Como que su responsabilidad?- Virgo, la observa con mala cara.

Desde luego, pues esa cosa casi pudo haberles arrebatado al Lemuriano menor.

Es mejor que lo diga de una vez, al fin de cuentas… Es verdad que tuvo mucho que ver, y tal vez había evitado esta leyenda, de no haberse dejado guiar por la bondad y confianza en su corazón.

-Sucedió hace tantos siglos… Que la época es incierta- No los observa a ellos, si no a la que aún intenta soltarse de su encierro –Una mujer deseaba con toda su alma ser madre, pero… Debí darme cuenta que no lo hacía por el deseo de dar vida, si no… Para retener a un hombre- Niega con la cabeza, culpándose por no ser más astuta y leer los corazones humanos.