✨ Capítulo 6

Narrador Externo

“No todos desean que florezca el amor”

En toda oficina hay miradas que lo ven todo. Aunque finjan estar concentradas, aunque sonrían. Algunas personas no soportan ver crecer lo que no pueden tener.

Ese día, mientras Noah dejaba el café sobre el escritorio de Corín, alguien más lo observaba desde lejos. Alguien que no perdía detalle de cada gesto, cada palabra, cada sonrisa que él reservaba solo para ella.

Marla, encargada del área de cuentas, era conocida por ser inteligente, elegante, y tener una obsesión mal disimulada por el jefe.

—¿Le llevó café a ella? —susurró, sin poder ocultar el veneno en su tono.

Marla llevaba meses intentando llamar la atención de Noah. Siempre encontraba una excusa para hablarle, reírle en los comentarios, buscar miradas que él nunca le devolvía.

Verlo ahora acercarse a Corín, la "diseñadora discreta", la chica a la que todos veían como reservada y sin aspiraciones... fue una puñalada directa a su ego.

Se acercó a otra compañera de Recursos Humanos con una sonrisa falsa, y dijo:

—¿Viste lo de esta mañana? Noah dándole café a Corín. ¿Amabilidad o algo más?

La otra levantó una ceja, sorprendida.

—¿Tú crees?

—No sé, pero si eso sigue así, pronto van a empezar los rumores… ya sabes cómo es esto.

Lo dijo como quien no quiere dañar, pero sabiendo perfectamente que acababa de plantar una semilla peligrosa.

Ese mismo día, el susurro empezó a correr.

“¿Noah con Corín?”
“No puede ser…”
“¿Y si ella se está aprovechando para ascender?”
“Se ve muy normalita, ¿no?”
“Él no suele mezclarse con empleadas…”

Lo peor fue que algunas de esas frases empezaron a llegar a Corín, sutilmente disfrazadas de comentarios inocentes:

—Ay, qué suerte la tuya que el jefe te consienta así, ¿eh? —le dijo una compañera, con una risita incómoda.

Corín, desconcertada, solo bajó la mirada.

Su pecho se volvió a llenar de ese viejo y conocido nudo: la inseguridad, el miedo a ser juzgada, el recuerdo de cuando era motivo de burla por no encajar.

No dijo nada. Pero algo dentro de ella empezó a cerrarse otra vez, como una flor que siente venir la tormenta.