✨ Capítulo 10

Corín y Noah

“Solo tú y yo”

La ciudad parecía diferente cuando salí de la oficina esa tarde.
Menos ruido, menos miradas. Solo el viento suave y las luces cálidas de las farolas.

Noah me esperaba afuera, con una sonrisa tranquila y un brillo en los ojos que hizo que mi corazón diera un salto inesperado.

—¿Te gustaría caminar un rato? —preguntó, sin prisa.

Asentí, sintiendo que por primera vez no tenía que esconder nada.

Caminamos sin rumbo, hablando de cosas simples: música, películas, sueños que antes parecían lejanos.

Noah tomó mi mano entre las suyas, con cuidado, como si protegiera un tesoro frágil.

—Sé que no ha sido fácil para ti —dijo en voz baja—. Pero quiero que sepas que no estás sola. Que quiero estar aquí, a tu lado, sin prisas ni promesas imposibles.

Sentí una mezcla de miedo y esperanza. Quería creerle, pero las cicatrices a veces pesan más que las palabras.

—No sé cómo hacer esto —admití—. No sé cómo dejar que alguien entre sin que el miedo me gane.

Él me miró con ternura.

—Vamos a aprender juntos —prometió—. No te voy a pedir que te entregues hoy, solo que me permitas acompañarte.

Y en ese momento, con las luces tenues y su mano entrelazada en la mía, entendí que no estaba sola.

Que quizás, solo quizás, este podía ser el comienzo de algo real.