Decisiones de vida o muerte

El amanecer llegó con una calma engañosa. La noche anterior había sido un respiro en medio de la tormenta, pero el peligro no se había desvanecido. Priya despertó sintiendo el calor del cuerpo de Aditi contra el suyo, la respiración pausada de su amante, el rastro de sus caricias aún grabado en su piel.

Por un momento, quiso quedarse así. Olvidarse de la guerra que libraban, de los enemigos acechando en cada sombra. Pero el sonido de su teléfono vibrando sobre la mesa de noche la devolvió de golpe a la realidad.

Con cuidado de no despertar a Aditi, se estiró para tomarlo y vio un mensaje de un número desconocido.

Número desconocido: “Sabemos dónde están. Salgan ahora o será demasiado tarde.”

El corazón de Priya dio un vuelco. Saltó de la cama de inmediato y comenzó a vestirse apresuradamente.

—Aditi, despierta. Tenemos que irnos. Ahora.

Aditi abrió los ojos lentamente, aún aturdida.

—¿Qué pasa?

—Nos encontraron.

Esas palabras bastaron para borrar cualquier rastro de sueño de su rostro. En cuestión de segundos, ambas estaban listas, recogiendo lo esencial y preparándose para huir. Pero justo cuando se dirigían a la puerta, un estruendo sacudió el edificio.

Una explosión.

Las ventanas vibraron, el eco del estallido recorrió las calles. Priya sintió el miedo helarle la sangre. No tenían tiempo. Los Chaudhary habían decidido actuar, y no iban a darles ninguna oportunidad.

—¡Por aquí! —Aditi la jaló hacia la escalera de incendios.

Descendieron a toda prisa, sintiendo la adrenalina quemarles las venas. La ciudad aún dormía, ajena a la cacería que se desarrollaba en sus calles. Al llegar al suelo, se escondieron en un callejón oscuro, intentando recuperar el aliento.

Priya miró a Aditi, su mente todavía procesando lo cerca que estuvieron de no salir vivas.

—Tenemos que contraatacar —susurró.

Aditi asintió. No había más opción. Era la vida o la muerte.

Y ellas no pensaban morir.