Capítulo 1 - MI GRAN AVENTURA

Son las 14:00 horas cuando me tomo un descanso. Llevo toda la mañana ultimando mi Trabajo de Fin de Grado (TFG) para poder exponerlo a principios de julio. Mi intención es terminarlo esta semana para poder entregárselo a mi tutora. Cuanto antes me lo quite mejor. Por ese mismo motivo llevo encerrada en casa todo el fin de semana.

Estoy en mi cuarto año de carrera, a punto de finalizarla. Amo la profesión que he escogido, me encanta porque adoro a los niños y adoro enseñar. Por lo que ser maestra se convirtió en mi prioridad desde que era muy pequeña. Estoy tan ilusionada por acabar como aterrada, la idea de que termine significa que tengo que encontrar trabajo, mi primer trabajo, asumiendo responsabilidades que no sé muy bien si estoy capacitada para tener pero… ¿Alguna vez tienes que empezar no? Los nuevos comienzos siempre me han puesto muy nerviosa, me han aterrado pero si no arriesgas, si no te enfrentas a ellos, al final no sabrás que es la mejor decisión que habrás podido tomar.

Un mensaje en el móvil capta mi atención sacándome de mis pensamientos por lo que decido mirarlo. Las chicas han hablado por el grupo pero antes si quiera de ver lo que están diciendo me llaman conjuntamente.

Hola – respondo al descolgar la llamada.

Hola – responden a la vez haciéndome reír.

¿De qué hablabais? – pregunto curiosa y expectante ante su llamada e intrigada a partes iguales por lo que estaban hablando en el grupo.

Ana y yo hemos pensado que mañana podríamos ir a Bilbao a pasar el día – me dice Andrea sacándome de dudas.

Sí, hace mucho que no nos vemos, cómo estáis con el TFG… no os veo ni el pelo – habla ahora Ana quejándose por abandonarla estos días.

Es lo que hay – respondo riendo – me parece una buena idea, pero yo no puedo ir – termino de decir algo triste porque en parte me apetece verlas y pasar el día con ellas.

¿Por qué? – pregunta Ana - ¿Qué tienes más interesante que hacer que vernos a nosotras? – me pregunta Ana en tono burlón.

Por ejemplo hacer el TFG – respondo sinceramente – tengo que terminarlo esta semana – justifico mi ausencia ante el plan propuesto, muy a mi pesar.

Y yo – responde Andrea – pero vamos María, necesitamos desconectar un día, lo pasaremos bien – me intenta convencer Andrea haciéndome ver que ella también está en la misma situación que yo.

Venga por fi – me pide Ana y me la imagino al otro lado del teléfono poniendo cara angelical, como si pudiese verla.

¿Voy? Sé que tengo que hacer el trabajo pero… por un día no creo que pase nada ¿no? A quien quiero engañar, me apetece ir y salir de mi casa, verlas y pasármelo bien.

Está bien – respondo tras unos segundos en silencio.

¡BIEN! – gritan las dos emocionadas.

Me dais miedo cuando habláis las dos a la vez – les digo riendo.

No te engañes, nos amas – dice Ana riéndose.

Qué remedio… - la respondo.

Mañana pasamos a buscarte a las 8:00 horas por tu casa, yo llevo el coche – me dice Andrea.

¿Tan pronto? ¿Y eso? – pregunto extrañada y a la vez reticente porque me van a hacer madrugar.

Es que así aprovechamos todo el día bien, quiero ver varios lugares – me responde Ana como si fuese lo más obvio.

Está bien – digo resignada – pues nos vemos mañana que voy a ir a comer – me despido de ellas.

Está bien, acuérdate, mañana a las 8:00h estate preparada y… – me dice Andrea.

Y que no se te olvide llevar una mochila con lo necesario – interrumpe Ana terminando la frase.

Vale, vale – me rindo ante ellas – nos vemos mañana. Os quiero – me despido ahora sí.

Y nosotras a ti – me responden a la vez.

Cuelgo la llamada y suspiro. A veces me desesperan pero las quiero con locura, son mis mejores amigas, estamos juntas desde los tres años y hemos compartido mil aventuras juntas. Somos muy diferentes las unas de las otras, ¿pero eso lo hace más maravilloso no? Nos complementamos muy bien, tenemos cosas en común por supuesto, pero esas diferencias hacen que esta amistad funcione tan bien.

Les cuento a mis padres que mañana voy con las chicas a Bilbao durante la comida. Les parece buena idea para mi sorpresa, ya que pensé que me dirían que era mejor terminar el trabajo, pero creo que saben que necesito despejarme un poco de todo, ya que llevo mucho tiempo encerrada en casa y es bueno salir un poco de la rutina establecida.

La tarde la paso igual que la mañana, trabajando como una loca sobre el ordenador, para tenerlo terminado cuanto antes. Antes de ir a cenar termino de preparar las cosas para mañana, metiendo la cartera, pañuelos, tiritas, las gafas de sol… todo lo necesario para pasar el día, dentro de una mochila. Después de cenar veo un par de capítulos de una serie y me voy a dormir bastante nerviosa, aunque no sinceramente no sé muy bien por qué, pero tengo un cosquilleo en el estómago que me impide dormir plácidamente y me parece muy raro, ya que solo me voy a Bilbao con las chicas, nada del otro mundo.