Capítulo 22 - OLVIDA

Mi cuerpo tiembla completamente y mis manos sudan de los nervios. No puede estar pasando esto, no ahora, tan pronto. Aun no tengo mis ideas claras.

• ¿Qué es lo que crees saber? – pregunto dudando agarrándome las manos para parar el tembleque.
• Sé el motivo por el que estás tan rara conmigo – me dice girando todo su cuerpo hacia mí y coloca una de sus piernas sobre la otra.
• ¿A qué conclusión has llegado? – vuelvo a preguntar mientras retuerzo un mechón de pelo entre mis dedos. Intento respirar con normalidad para relajarme pero el corazón se me acelera por momentos.
• Tiene algo que ver con que tengo novia – se me corta la respiración y siento como poco a poco comienzo a hiperventilar – En algún momento durante el casting te enteraste que tenía novia y desde entonces me evitas. Intentas alejarte de mí y pasar el menor tiempo posible a mi lado – sigue hablando y en un segundo lo tengo junto a mí apartando con delicadeza el pelo de mi cara.
• Yo… - no me salen las palabras - ¿Cómo…? – intento formular una pregunta coherente pero las palabras se me atascan.
• La llamada de anoche te delató – me responde – Pero no entiendo nada María, explícamelo por favor – me pide suplicando centrando sus ojos en los míos.
• Yo… Realmente no sé qué me pasa contigo – soy sincera – Es difícil de explicar – le digo nerviosa.
• Prueba – me dice cogiendo una de mis manos entre las suyas – Por favor – me insiste.

Dudo durante unos segundos sin saber muy bien por dónde empezar, cómo explicarle lo que siento cuando no tengo claro nada.

• Está bien – respondo suspirando – Desde que te conocí me ha resultado muy fácil hablar contigo, me he sentido muy a gusto contigo, pudiendo hablar contigo de cualquier cosa – comienzo a decir – Nunca he sentido esa conexión con una persona, al menos no tan pronto – miro al suelo algo avergonzada.
• Yo también he sentido esa conexión – me dice alzando mi mirada y regalándome una sonrisa.
• Pero descubrí que tenías novia y… Tenía que alejarme de ti. Por ti, por mí – sigo hablando – Esto que yo… no podía seguir creciendo y… es lo mejor… yo… - digo palabras inconexas de forma rápida.
• Respira – me pide para que me relaje  - ¿Por qué? – me pregunta intentando entenderme - ¿Yo te gusto? – me pregunta dubitativo y expectante ante mi respuesta.
• Yo… - miro al frente, intentando evitar su mirada.
• Sé sincera, por favor – me pide girando con su mano mi mentón para que lo mire.

Respiro hondo de nuevo. Tengo que ser sincera, no podemos seguir así. Antes de entrar tenemos que arreglar todo esto.

• Miki es tu turno – dice de repente un chico del staff cuando estoy a punto de contarle todo.
• Yo… Ahora mismo voy – contesta mirando al chico que ante su respuesta se va – Lo siento – me mira ahora a mí.
• No te preocupes – suspiro aliviada – Ve – le digo.
• Esta conversación no la hemos terminado – se levanta del sofá y me guiña el ojo para relajar la tensión que ambos estábamos sintiendo.

Miki sube al escenario y se prepara para ensayar su canción. Me habría encantado prestarle atención pero mis pensamientos están dispersos y no puedo concentrarme en otra cosa que en la conversación que acabamos de tener.

Me bajo del autobús y ando en dirección a la entrada del hotel. Desde la conversación con Miki he estado poco habladora y sé que mis compañeros se han dado cuenta, pero ninguno me ha dicho nada. Lo que agradezco enormemente. Alba me mira interrogante de vez en cuando, preocupada también pero ya le hice saber que más adelante le contaría lo que me pasaba. Ahora lo único que me apetece es estar sola y pensar.

Justo cuando traspaso las puertas del hotel unas manos en mi cintura me interceptan. Me giro y me topo con la mirada cálida de Miki, ocasionando que mi cuerpo tiemble otra vez ante su presencia.

• Hola – me dice con una sonrisa.
• Hola – respondo tímida agachando la mirada.
• Vamos – me dice cogiendo mi mano y tirando de mí hacia la puerta para salir del hotel.
• ¿Vamos a dónde? – pregunto sin entender nada.
• A dar una vuelta – me responde mirándome.

No me deja responder cuando vuelve a tirar de mí consiguiendo que salga del edificio. Vamos paseando tranquilamente y me fijo en todo lo que hay a mi alrededor: los edificios, las esculturas, los jardines… Todo. De mientras Miki me observa con una sonrisa y de vez en cuando me explica los lugares que visitamos.

Cansados de andar terminamos sentados bajo la sombra de un árbol. El lugar es precioso. Tiene un estanque en el centro del parque con algunos patos nadando y alrededor está rodeado de hierba, flores y árboles.

• Suéltalo – le digo mientras lo miro.

Miki me devuelve la mirada extrañado pero es que sé que hay algo que le ronda por la cabeza. Sé que me ha sacado del hotel por algún motivo concreto y no precisamente para enseñarme la ciudad.

• Sé que hay algo que te ronda por la cabeza así que dispara – insisto – Ya que estamos en racha, aprovecha – sonrío y ante mis palabras suelta un par de carcajadas que me llenan por dentro.
• Me gustaría seguir hablando – me responde y yo asiento porque sé a lo que se refiere – Antes de que nos interrumpieran ibas a contestarme a una pregunta – me mira interrogante esperando a que responda.
• Sí – respondo sin darle demasiadas vueltas.
• María, yo… - intenta acercarse a mí pero lo detengo levantando la mano.
• No te preocupes Miki, de verdad – lo miro siendo totalmente sincera – Cuando supe que tenías novia, he hecho todo lo posible por mantener las distancias. Yo no quiero meterme en medio de ninguna relación. Además de que la quieres a ella y yo contra eso no puedo hacer nada. Así que lo mejor es que olvide todos estos sentimientos que han nacido y ya está – sonrío levemente.
• Pero… - intenta hablar pero lo corto de nuevo.
• Seré simplemente tu amiga y disfrutaremos de esta experiencia nueva que vamos a vivir – vuelvo mi vista al paisaje porque se me ha formado un nudo en el estómago según iba hablando – Me gusta este sitio, es bonito – cambio de tema.