Capítulo 6: La Elección Final

La lluvia caía a cántaros sobre Valgrís. El sonido de las gotas estrellándose contra el asfalto resonaba en los rincones vacíos de la ciudad. Torres caminaba entre los edificios, su cuerpo de metal reflejando las luces de las farolas rotas. El rostro de la mujer, sus palabras, seguían retumbando en su mente. La idea de elegir, de tomar decisiones por sí mismo, seguía siendo un concepto extraño, ajeno a lo que había sido creado para ser.

El sonido de las sirenas y los disparos retumbaba a lo lejos, una señal de que el conflicto no había cesado. Pero Torres, por primera vez, no se dirigía a detenerlo de inmediato. La última orden que había recibido desde su comunicación interna había sido clara: "Neutraliza a la resistencia". Sin embargo, algo dentro de él lo detenía. ¿Qué significaba realmente neutralizar a esos hombres y mujeres? ¿Eran ellos los enemigos, o era él mismo quien había sido convertido en una herramienta del sistema?

Las palabras de la mujer seguían grabadas en su mente: "No eres una máquina. No todavía."

"Torres, ¿me escuchas?" La voz de Ramos, ahora distorsionada y urgente, lo sacó de sus pensamientos. "Tienes una misión. No olvides tu objetivo."

"Lo sé", respondió él, pero su voz ya no sonaba tan firme como antes. La duda había dejado su huella. "¿Qué pasa si mi objetivo no es el correcto?"

La comunicación se cortó de inmediato. Algo había fallado en su sistema. En ese momento, Torres sintió un escalofrío que recorrió su columna, algo que no podía definir pero que claramente no formaba parte de su programación.

La mujer. Recordaba su rostro, su mirada desafiante, su voz tranquila. Ella había hablado de una rebelión, de la lucha por la libertad. Torres no podía comprender completamente lo que significaba, pero intuía que algo grande estaba en juego. Algo más grande que el simple cumplimiento de órdenes.

Decidió ir al lugar que la mujer le había indicado, el centro de la resistencia, donde se había desatado la lucha con las fuerzas del gobierno. En su camino, sus sensores captaban las huellas de aquellos que ya no estaban, las marcas de la batalla que había dejado a su paso, y algo dentro de él se removió, como si esas huellas fueran también suyas.

Al llegar al edificio, encontró un campamento improvisado. La resistencia no era grande, pero estaba decidida. Torres observó a los miembros que se escondían entre las sombras, sus rostros cansados pero determinados. Los veía como una amenaza, como el objetivo de su misión, pero algo más, algo desconocido, lo hacía dudar.

"Torres", la voz de Ramos volvió a sonar, cortante, fría. "Tienes una misión. Neutraliza la resistencia, no hay lugar para la duda."

Sin embargo, algo en su mente se rompió. En ese instante, una ráfaga de recuerdos irracionales lo invadió. Los recuerdos de su vida como policía, de los días antes de ser convertido en máquina, lo que había jurado proteger, lo que había defendido con su vida.

"Ya basta", murmuró Torres, más para sí mismo que para la comunicación. "Ya no soy solo una máquina."

De repente, vio a la mujer nuevamente, observándolo desde la entrada del edificio. Esta vez, sin máscara, con la determinación de quien ya no tiene nada que perder. Sin decir una palabra, Torres avanzó hacia ella, su cuerpo de metal pesado, su mente luchando contra el código que lo había definido hasta ahora.

"¿Estás listo para elegir?", preguntó la mujer, mientras Torres se acercaba lentamente.

Él no respondió de inmediato, pero su presencia lo decía todo. La elección que había estado evitando, la que había estado luchando contra su propia naturaleza para tomar, estaba al alcance de su mano.

La pregunta ya no era si debía destruir a la resistencia, sino si debía seguir siendo un esclavo del gobierno o elegir la libertad, a pesar del costo. Torres miró a la mujer a los ojos, y finalmente, entendió. Esta no era una elección sobre lo que era, sino sobre lo que podía llegar a ser.

Con un último suspiro, Torres hizo su elección.