Capítulo 9 – Minas de oro y la conexión global

Mientras la guerra continuaba, los sobrevivientes reforzaron las minas de oro distribuidas por el planeta: América, Egipto, Mesopotamia y la India. Cada mina contenía tablillas de oro, registros genéticos y herramientas avanzadas. Los gigantes habían construido laberintos subterráneos para proteger estos secretos, y los híbridos actuaban como guardianes estratégicos.

El arqueólogo moderno descubrió estas minas y comenzó a descifrar las tablillas. Cada registro revelaba cómo la genética O negativo se degradaba con el tiempo, cómo los híbridos ayudaron a preservar la civilización y cómo los templos servían como centros de conocimiento global. Los hallazgos conectaban pirámides, templos y minas en un patrón que mostraba que los sobrevivientes habían dejado un legado global, preparado para proteger la humanidad y su genética de amenazas externas.

Los relatos de guerras, gigantes y Anunnakis, que habían sido considerados mitos, comenzaron a encajar con descubrimientos arqueológicos modernos. Cada fragmento de tablilla, cada mina y cada templo eran piezas de un rompecabezas que revelaba la verdadera creación de la humanidad y el control de la genética.