Capítulo 31

Hice una mueca ante el contacto con mis pies mojados y el frío suelo. Era la mañana siguiente y había decidido levantarme temprano para darme una ducha antes de tomar rumbo hacia la universidad. Gloria había elegido acompañarme y mientras yo me duchaba, ella pedía el desayuno.

Con rapidez llegué hasta la habitación y solo me tomó dos segundos llegar hasta la cama en donde había enlistado minutos antes la ropa que usaría ese día. Mi vestimenta solo consistía de unos pantalones de Jean en tono negro, en mi parte superior, había escogido un buzo de lana, color canela con una bufanda a juego con el jean y mis botas polares.

—Esto se ve delicioso—Giré terminando de colocar mi buzo y sonreí hacia Gloria, quien traía una bandeja con dos tazas humeantes y alrededor de ella, unos panificados glaciados sobre su base.

—La verdad que sí—Tomé asiento y removí mi húmedo cabello—Qué tienes ahí—Señalé un papel sobre su cama.

—¡Oh! ¿Eso? —Asentí cepillando mi cabello—Es una foto que hallé en tus maletas—Fruncí el ceño confundida.

—¿Una foto? —Gloria asintió poniéndose de pie.

—Sip, no la he visto aún. Solo la tomé anoche.

Asentí—Déjame ver—Al ella entregármela, hice una mueca al reconocer a los viejos amigos de Brandon. Todos ellos, sonriendo en al parecer una plaza de juegos. ¿Cómo llegó esto aquí?

—He de suponer que los conoces—Comentó Gloria bebiendo un sorbo de su taza —¿Y bien?

Carraspeé—Estos que ves aquí…—Señalé a un par de chicos que sonreían junto al pajarito—Nos atacaron a Liza y a mí.

—¿¡Es broma!?

Negué—No, claro que no—Suspiré—En ese momento, mi relación con Brandon no era muy buena…—Hice una mueca—Y esos descerebrados de la foto, nos “atacaron”, detrás del colegio. Y hago comillas, porque el ataque era especialmente para mí—Tomé uno de los panificados y luego crucé mis piernas sobre la cama.

—Vaya, sí que el chico era un idiota.

Sonreí—Ni que lo digas—Di un gran mordisco y suspiré ante el sabor.

—¿Y ellos? —Regresé mi vista hacia la fotografía y observé a los rostros que el dedo de mi amiga señalaba.

Rodé los ojos al reconocerlo—Ese es Bryan, otro idiota.

Gloria rió—Cuenta, ya.

Suspiré—Pues, inventó rumores de que en la fiesta de cumpleaños de Brandon yo había tenido relaciones con él—Dije en un gruñido—Fue la primera vez en la que golpeé a un chico…—Reí silenciosamente—Y la primera vez en la que Brandon me defendió.

—¡No puedo creerlo! ¡Chica, jamás me has contado toda esa historia! —Volvió a reír y me uní a ella.

De pronto, sus ojos viajaron hacia la última persona que sonreía junto a Brandon y su sonrisa se volvió efímera, cambiando su rostro a uno de seriedad y confusión.

—¿Quién es ella?

Apreté mis labios—En ese momento, ella era lo que Mackenzie es ahora…

—¿Un dolor de huevos?

Asentí con una sonrisa—Si, era como mi némesis personal. Jamás nos agradamos.

—¿Cómo es su nombre?

Tragué el líquido y mojé mis labios—Leyla—Entrecerré mis ojos ante la actitud extraña actitud de Gloria—Fue la exnovia de Brandon ¿La conoces?

—¿Qué sabes de ella?

—Pues, no mucho—Rasqué mi cabello—Después de viajar a China, no supe más nada de ellos ¿A qué viene la pregunta?

Gloria apretó sus labios—No lo sé…—Entrecerró sus ojos—Creo que la he visto, es solo que no recuerdo donde.

—¿Estás segura?

Asintió—Si, yo…—La alarma de mi celular sonó interrumpiéndola.

—Oh, mierda—Maldecí con la boca llena—¡Ya es hora, llegaremos tarde!

—Pero tu cabello está mojado—Chilló—Vas a enfermarte.

Tomé un gorro de lana de mi cajón y luego mi campera junto a los guantes—¡No hay tiempo! —Corrí hasta la bebida y a gran velocidad, bebí mi chocolate quemando mi garganta—¡Oh, santo dios! —Exclamé adolorida.

Gloria lanzó una carcajada—¡Yo aún estoy en pijamas!

Restregué mi rostro con exasperación—¡Entonces vístete, demonios!

—Ya, pero relájate—Golpeó mi mejilla reiteradas veces, sacando un gruñido de mi interior.

(…)

—Bruja—Sentí un empujón en mi cadera.