La trampa

Daniel y Demetrio se pusieron de acuerdo para tenderle una trampa a David. Necesitaban pruebas para meterlo a la cárcel, aunque sabían muy bien  que relacionarlo con la muerte de Violeta, después de tanto tiempo era imposible.

Demetrio citó  a David en su oficina, al ingresar a la oficina David se encontró  a Daniel quien estaba sentado en un sillón, totalmente distraído en su teléfono, por la expresión que tenía en el rostro era casi seguro que se encontraba hablando con Christal.

-Tío. ¡Que gusto verte! ¿Cómo te encuentras? Pero mira quién tenemos aquí. El Playboy del momento. Mi primo preferido.  _dijo David un poco molesto _

-¡Muy bien David! Pero toma asiento por favor.  ¿Por qué te quedas viendo a mi hijo preferido? Daniel puedes prestarme atención por primera vez en tú vida-.  _habló Demetrio de una forma sarcástica _

-Padre me asombra tu manera efusiva de brindarle afecto, aunque realmente no me interesa. Me regalas un minuto, estoy en una conversación muy interesante-.  _habló Daniel sin mostrar interés en la reunión _

-Como te decía  David,  pienso tomar un tiempo para solucionar unos problemas personales. Me gustaría que estuvieras a cargo no solo de la empresa, sino de todos mis negocios. Sin duda muchacho, has demostrado ser un hombre muy competitivo, en el tiempo que te desempeñaste en el cargo no tuve ninguna queja de tí. Cómo tú mismo puedes ver, no me  siento seguro de que  Daniel pueda ocupar ese cargo. Tú más que nadie conoce sus altibajos y no confío en él-.

-Tío me halagan tus palabras. Puedes confiar en mí, te aseguro que no te voy a defraudar como lo ha hecho Daniel-.

-¡HIJO!  ¿puedes tomar asiento?-

-¡Padre! Te escucho, aunque no creo que me interese el asunto.

-Pienso delegar todo mi trabajo a David, me voy a dar las vacaciones que nunca he tenido y quien mas para estar a cargo que David mi sobrino perfecto-.

-No me extrañas. David es tu sobrino preferido. A decir verdad a mí no me gusta este mundo de empresa, negocio, sociedad y todo esta porquería que David  maneja a la perfección.  La verdad la hipocresía y la falsedad no va conmigo, estoy pensando muy seriamente en tener mi propio negocio.

-¡Primo! Debo agradecerte por el buen concepto que tienes de mí. Me encantaría saber de qué se trata tu maravilloso negocio.

-No estoy seguro pero creo que sé va a relacionar con el arte.

-Hijo me sorprende escuchar eso, no sabía ¿qué te gusta el arte?-

-Sí padre, solo que no me refiero a las obras que tú cuelgas en la pared. Algo más artístico como lo que llevo en mi piel.

-¡DEMONIOS DANIEL! ¿estás loco? No puedes llamar arte a esa basura, como pretendes humillarme de esa manera-.

-No te preocupes padre, tampoco estás invitado a hacer parte de mi negocio-.

-Bueno ya no discutan. Tío tú sabes que a mi primo siempre le ha faltado un poco de juicio-.

Daniel se levantó de la silla, al ver la furia de su padre en los ojos. Sabía muy bien que él no lo acepta como era y emprender ese negocio era retarlo de alguna forma. Él se despidió sin esperar respuesta.

-Los dejo para que celebren, tengo algo que sí es realmente importante en mi vida y no puedo perder más tiempo con ustedes. Fue un verdadero placer verlos.

Daniel salió de la oficina dejando solos a su padre y David,  la verdad no soportaba verle un minuto más la cara a su primo. No supo cómo pudo contenerse para no molerlo a golpes, él estaba casi seguro que el atentado de Christal, era otro de sus malvados  planes para apoderarse de todo, solo que ya llegaría el momento de ajustar cuentas.

Mientras caminaba en el parqueadero hacia  su automóvil, recibió una llamada de Tamara.

-¡Hola Daniel! ¿Será posible vernos?-

-Tamara… Voy a viajar para ver a Christal, pero si es muy urgente. Primero te veo a tí-.

-No, pierde cuidado. Puedo esperar un poco más-.

-Mañana estaré de regreso, nos vemos  en casa de mi padre-.

-Sí, no te preocupes-.

Christal se encontraba aún en la clínica, evolucionando satisfactoriamente. Su estado de ánimo era mucho mejor,  solo pensaba en su bebé y en la propuesta de matrimonio de Daniel. Sus sueños estaban apunto de realizarse junto al hombre que tanto amaba.

Daniel no era un hombre perfecto, tenía más defectos que cualidades pero a pesar de todo la hacía muy feliz. De pronto entró a la habitación, Helena la tía de Christal.

-Christal mi niña. ¿Cómo te encuentras?.

-Muy Feliz, más ahora que me voy a casar con el hombre que tanto amo-.

-Mi niña, ¿estás segura de tu matrimonio?-

-¿Por qué no lo estaría?-

-Bueno, no es un secreto que Daniel es muy inestable. Tiene serios problemas con el alcohol, no estoy segura si las drogas y eso de las peleas clandestinas. Me parece muy peligroso.

-Soy consciente tía. Pero también sé que está colocando todo de su parte para rehabilitarse. Es el padre de mi bebé, ahora más que nunca nos  necesita. Daniel me contó que está apoyando una fundación para jóvenes como él, que por diferentes motivos cayeron en las drogas y el alcoholismo. Va a dar conferencias contando su historia de vida. Piensa crear su propio negocio con el fin de superar a través del arte la vida de estos chicos y otros proyectos en los que le pienso ayudar. Toda persona merece una segunda oportunidad-