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Nos habían dado dos semanas de vacaciones obligadas, para cualquier persona seria lo mejor, pero para mí era un calvario total ya que la única cosa que me mantenía ocupada era el café donde labora.

Ese pequeño trabajo fue lo que me mantuvo a flote estas semanas y ver que perdería eso también me ponía en una situación muy incómoda, para muchos será una estupidez, que soy una maldita exagerada y que tengo el don del dramatismo desde el día en que nací, pero yo sé que al no tener donde distraerme mis pensamientos me harían añicos.

Bobby estaba algo preocupado por mi pero lo que menos quería era arruinar sus dos semanas de merecidas descanso, me insistió que lo acompañara a la playa con su novio y unos cuantos amigos más, me negué a mas no poder, hasta que le dije que "era demasiado vieja" para un fin de semana de locura con nos niños me dejo en paz.

Los dos primeros días fueron una tortura total, el silencio de mi hogar era agobiante y miles de preguntas sin respuesta rondaban por mi cabeza.

Andaba de una habitación a otra buscando cualquiera tarea para mantenerme ocupada en ocasiones lo lograba, es completamente cierto que una mente ocupada no extraña a nadie.

¿Pero cómo olvidas al que tu considerabas el amor de tu vida? ¿Cómo dejas atrás todas las experiencias? ¿Esas caricias que recorrían cada parte de tu ser? ¿Cómo cierras un ciclo si nunca pudiste decir todo lo que tenias atorrado en tu mente?

La noche era lo peor de mi vida y logro corromperme hasta lo mas profundo de mi ser, e hice lo que dije que nunca haría estos meses me prometí a mí misma que no regresaría, pero no podía más, sentía como la tristeza emana de mí, como el enojo se apoderaba de mis manos, como mi decepción se convertían en lágrimas que brotaban sin cesar.

Tome mi celular y mande por mensaje todo lo que tengo rondado desde el maldito día de mi boda.

< ¿Por qué lo hiciste? ¿Y Por qué con ella? ¿Por qué no fui lo suficiente para ti?> —mensaje enviado a la 1:35 a.m.