Cap. 12 ¿Cómo un padre?

James abandonó la biblioteca sin saber muy bien lo que haría a continuación, pero aun sin pensarlo, su instinto y sus piernas lo condujeron directamente a la habitación de Rowena. Cuando estuvo parado frente a ella no sabía qué hacer, se había pasado la vida entrando y saliendo de allí, y ahora no era capaz ni de abrir la puerta. Sin embargo, su espíritu práctico vino en su ayuda, estiró el brazo y abrió, asomó la cabeza dentro pero no la vio y se alarmó. Entró por completo cerrando tras de sí y se acercó a la puerta del baño.

• ¿Wini?

Escuchó un ruido dentro, lo que le indicó que la chica estaba allí y respiró aliviado, pero ella no le había contestado, de modo que lo intentó de nuevo.

• ¿Wini estás bien?

Ella seguía sin contestar y James comenzó a perder su escasísima paciencia.

• Wini, si no me contestas en este momento tiraré la maldita puerta
• ¿Es que ni siquiera puedo bañarme en paz?  --  preguntó ella enfurecida mientras abría la puerta y lo apuntaba con su varita
• Wow, wow tranquila  --  dijo él retrocediendo  --  solo quería saber si…

Pero se detuvo al darse cuenta que ella venía cubierta solo con la toalla.

• ¿Has perdido la lengua?  --  preguntó ella en forma maligna al ver su incomodidad  --  Eso es un adelanto, así no tendré que escuchar tus necedades

Mientras hablaba se había dirigido hacia su armario y había comenzado a tirar prendas sobre la cama.

• Wini… tenemos que hablar  --  logró decir mientras veía volar la ropa interior seguida de pantalón y blusa
• Podías haber esperado a que bajara ¿no?
• No… bueno sí… pero no…
• Ponte de acuerdo  --  le dijo lanzando la puerta del armario  --  ¿Podías o no podías?
• Wini, esto es serio
• Serio, pero no urgente ¿verdad?
• Ambas cosas
• Bueno, habla entonces  --  le dio la espalda y la toalla comenzó a deslizarse

James se volvió de inmediato con horror.

• ¡Wini, sigo aquí!
• Ya lo sé, eres lo bastante molesto como para no notarlo, créeme
• ¿Entonces qué demonios haces?
• Intento vestirme, imagino que hasta tú puedes deducir eso.
• ¿No podías esperar a que yo saliera?
• No parecías muy dispuesto a hacerlo
• ¡Te dije que necesitábamos hablar!
• ¿Y tenía que congelarme solo porque tú tienes urgencia en hablarme?

La paciencia de James se agotó y se volvió.

• Wini, por si no…  --  pero las palabras murieron en sus labios

Rowena ya se había puesto los jeans, pero apenas se estaba pasando la remera por la cabeza, de modo que su torso estaba escasamente cubierto con el sujetador. Cuando ella terminó de colocársela, James seguía con la vista clavada en el mismo lugar.

• ¿Sabes algo?  --  le preguntó acercándose a él  --  Para ser un individuo del que se dicen tantas cosas, eres bastante remilgado. Además, has estado en esta habitación más veces que mi madre, y me has visto vestirme en más de una ocasión, así que…

Pero definitivamente las cosas habían cambiado mucho, porque James la sujetó por la cintura y sin previo aviso descendió sobre los labios de la chica silenciándola. Ciertamente James no era un novato en aquellas lides, pero el contacto con los labios de Rowena lo transportó a otra dimensión hasta la fecha desconocida, y tuvo verdaderas dificultades para separarse. Demoró algunos segundos en recuperar el habla.

• Bueno, creo que ahora si tengo tu atención  --  le dijo
• Eres un…
• Eh, eh antes de que comiences a insultarme, déjame decir que, en cualquier caso, esta fue una forma muy efectiva de comunicar lo que necesitaba que supieras
• Pues no me quedó muy claro
• Mmm… de acuerdo, lo intentaré de nuevo

Sus labios se cerraron nuevamente sobre los de Rowena, pero en esta ocasión el beso adquirió tanta intensidad que despertó cada terminal nervioso de su piel, su corazón comenzó a latir con tanto escándalo que de haber podido pensar, habría estado seguro de que lo escucharían hasta en el desván. Pero cuando su sangre comenzó a agolparse en lugares altamente peligrosos, recuperó el buen juicio y con sumo pesar se separó.

• Espero haber sido algo más específico y claro en esta ocasión
• James…
• No tiene caso, digas lo que digas nada cambiará lo que siento, y solo espero que me digas que tú sientes lo mismo o la locura de la que todos me acusan, se hará realidad.
• Suponiendo que eso sea una declaración de amor, es la más extraña de todas las que he escuchado  --  dijo ella
• Y la última que escucharás, porque al próximo que se atreva le cortaré la maldita lengua
• Albus tienes razón, siempre ha dicho que eres un loco peligroso, pero no te cambiaría por ningún otro.