CAPITULO 53

DEAN

Después de durar dos semanas de vacaciones en Miami, me sentía tan bien que quise prolongar por una semana más mi estadía en el hotel. Me desconecte de la realidad, apague mi celular y me dedique a pasar esos días en paz y sin pensar en nada. Regresé a mi departamento por cinco días incorporándome al trabajo y resolviendo varios pendientes que tenía antes de volver a Dubái; decidido a darle tiempo de sanar a Shamara para volver a solicitar que me perdonara por algo que yo entendía era inocente.

─Hola ─Toqué levemente la puerta ─ ¿puedo pasar? ─pregunté mientras entraba con pasos pausados al despacho de mi padre.

─Siempre eres bienvenido hijo ─respondió Will poniéndose de pie para darme un efusivo abrazo a su primogénito─. Toma asiento ─dijo señalando un confortable sofá de cuero negro.

─Papá, le hiciste un cambio muy favorable a tu oficina, hasta que al fin dejaste que mamá le pusiera su toque. Ahora se ve más moderna y hasta cambiaste tu escritorio que era parte de tu historia ─comenté con voz jocosa. Se veía más joven y relajado, mi padre con los años ha sabido conservarse muy bien.

─Te invito un trago y te cuento la historia del cambio ─Me propuso mientras caminaba hacia su pequeño bar.    

Después de hablar de varios temas y de escuchar como mi padre me contaba los pormenores de la compañía, él quería saber que estaba pasando por la cabeza de su hijo.

─Mi hijo, ¿Qué piensas hacer ahora? ─Mi padre quiso hacer otro intento indagando en mi vida personal─. Sé muy bien que estas sufriendo, pero al igual que Shamara, no quieres tocar el tema.

─Aún no lo sé─. Mirándolo fijamente a los ojos y con la tristeza palpable me sentía en una encrucijada─. En dos días volveré a Dubái, pero no sin antes volver hablar con ella. Necesito saber que está bien y que sus heridas están sanando. Papá, yo la amo y no quiero que sufra, verla mal me está matando a mí también.

─No ha sido fácil toda esta tragedia, pero Shamara es una joven fuerte y llena de vida. Ustedes volverán a estar juntos y podrán tener otros hijos─. Mi padre lleno de optimismo trataba de animarme para que no desfalleciera.