25. Será tu culpa...

Alrededor de seis Fitxponds salen del callejón con su aura de maldad presente por todos lados. Sé que hay más, pero lo único que deseo es ver a Holly a salvo.

Es por eso que todos mis sentidos se agudizan mientras que truenos y rayos caen del cielo de acuerdo con mi estado de ánimo. Es por eso que no escucho los gritos de nadie cuando me piden que me detenga. Es por eso, que de alguna manera instintiva, dejo inconscientes a los seis Fitxponds en cuestión de segundos.

Una vez terminado, corro como el infierno al callejón para encontrarme con cinco Fitxponds alrededor de Holly.

No me muevo.

—Suéltenla —lágrimas caen por el rostro de Holly, su cabello esta vuelto una maraña y toda su ropa se encuentra sucia. Lo que más llama la atención es el arma de fuego con la que apuntan a su cabeza.

—Suél-ta-la —vuelvo a repetir, esta vez, hacia la oleada de maldad enorme que sale de la nada enfundado en ropa negra.

Siento la compañía de los demás detrás de mí. La mayoría armados; luego está Dylan, creo que tiene una soga en su mano.

—Ella no tiene nada que ver con esto —espeto.

—Pero qué manera de saludar, Diamond. Te dije que nos veríamos de nuevo, ¿no es así? —una sonrisa ladina llena de perversión se apodera de su rostro—. Igual de lista y radiante que siempre —le echa un vistazo al cuchillo que llevo en mano—. Amo la manera en la que acudes a mi llamado, es como el canto de un ave. Llegas en vuelo con tu manada de pájaros.

—Déjala, no hay razón para que interceda.

—Todos los que te ayudan, los que son parte de ti, todos, tienen que ver con esto. Tu madre lo entendió desde el primer instante, pensé que también serias así de lista.

—Me quieres a mí, no a ella. Yo la reemplazaré.

—Las cosas no son tan fáciles mi pequeña y hermosa Diamond. Sí, te quiero muerta, pero no sin antes un poco de diversión —una risa llena de ironía se escapa de él—. ¿Qué sería la maldad sin un poco de sadismo?

—El sadismo que tendré yo al destruirte pedazo por pedazo.

Una enorme carcajada sale de él.

—¡Wow! esa sí que no me lo esperaba. Eso, te distingue de los otros Diamond, tu intrepidez al hablar —rueda los ojos—. Por desgracia pequeña Diamond, sé que más que ver morir a tus amigos te disgusta verlos sufrir. La rubia —se acerca a Holly tanto que me tenso—, ya ha tenido su sufrimiento. Admito que fue un buen susto, quede conforme, hoy no morirá.

—Suél-ta-la.

—Como desee la princesa —hace una reverencia y una seña hacia el Fitxpond que tiene el arma apuntada a ella. Éste lo baja, al tiempo que los dos Fitxponds que la sostenían retiran su agarre. Liam está más cerca, así que con la protección de Dean sostiene a Holly hasta ponerla detrás de nosotros.

—Descuida, cada vez serán peores nuestros encuentros.

Atrapo el cuchillo que lanza en mi dirección a pocos centímetros de mi hombro.

Un silbido es lo único que sale de sus labios.

—Te hace bien el entrenamiento, más cuando tienes a tus amiguitos presentes.

—Ellos no son mis amigos —gruño, solo porque, de alguna manera quiero que él crea que ellos no están relacionados conmigo aún cuando eso está muy claro—. Ellos no tienen absolutamente nada que ver contigo, tampoco conmigo.

—Eso es lo que quieres que piense —maldito—, si uno de ellos cae será tu culpa.

—Eso no es cierto Blue —escucho la voz de Tyler cerca de mi—, sólo quiere hacerte enojar.

—Ni siquiera Madeline era así de explosiva —Empuño el cuchillo que llevo en mano, mientras doy un paso cerca de ellos. Todos se ponen alerta—. Descuiden muchachos, esto es muy divertido. Me agradas, tu impulsividad, tu enojo, la maldad esta en tu sangre de una manera suprema. Tus padres te tendrían envidia, una lástima que ambos murieran.

—¿Qué...?

—Hora de irnos, suficiente por hoy —da una palmada en la espalda a uno de sus Fitxponds—. A excepción de ustedes cuatro, la diversión nunca termina —desaparece, dejando a cuatro de los cinco que se encontraban con él.

Se percibe la maldad cuando se precipitan a nosotros, y al menos dos, por mi parte, quedan inconscientes.