Capítulo 11. El peor día de mi vida.

El día que menos quería que llegara ya estaba aquí.

El funeral era hoy. Mi casa estaba llena de familiares, amigos más cercanos y la familia de mi padre estaba aquí, algunos fans habían dejado flores y cartas en la entrada, mire hacia la puerta y pude ver a mi abuela entrar. Esa señora puede ser la persona más desalmada del mundo en la peor situación.

Tengo el presentimiento de que este funeral no va a salir bien.

Así que decidí acercarme a ella y saludarla.

—Hola cariño— me dijo mientras me miraba de pies a cabeza— no te ves para nada bien, mira esas ojeras y qué flaca estás ¿Es lo mejor que pudo hacer tu madre?

No había podido comer nada en días y no había dormido bien, pero no iba a discutir eso con ella.

—También estoy feliz de verte abuela— respondí dándole un beso en la mejilla.

Entró en la casa y empezó a analizarla. Mi abuela nunca estuvo de acuerdo con el matrimonio de mis padres, aunque se conocieran dentro del mundo de los negocios, mi madre nunca fue suficiente, siempre dice que mi madre es lo peor que le pudo pasar a mi padre, pero bueno mientras no moleste a mi madre todo irá bien. Además, no tengo cabeza para preocuparme por eso ahora.

Llegaron los chicos y nos fuimos en auto, mi madre y Hunter iban adelante y detrás íbamos Aaron, Noah, Norah y yo. Debo admitir que el camino se me hizo eterno y cada vez que estábamos más cerca mi corazón se volvía más chiquito, debía dar unas palabras y no estaba lista para esto, sentí como la mano de Aaron tocó la mía y entrelazó nuestros dedos.

—¿Estás lista? — preguntó.

—Tengo algo de miedo y la tristeza es cada vez es más abrumadora— respondí.

—Hagamos esto juntos ¿Quieres? — soltó mi mano y me miro— no tienes por qué combatirlo sola.

—Gracias— me acerqué y dejé un beso en su mejilla.

Marco no había hablado conmigo en todos estos días y eso fue lo que hizo que lo dejara atrás, fue la gota que derramo el vaso, como es posible que mi padre murió y él solo se preocupa por el mismo, ya no quiero saber de él, no necesito algo más que abrume mi cabeza.

Cuando llegamos la ceremonia estuvo bien, pues, para ser un velorio, sabes, no hay mucho que destacar. Mi abuela y mi madre estuvieron separadas todo el tiempo y eso era bueno.

—Ahora escucharemos a algunos de los seres queridos del Señor Daniells, que quieren decir su último adiós— dijo el sacerdote, sentí un vacío en el estómago, estaba muy triste y nerviosa— en primer lugar, escucharemos a su hija Sara Gabriela Daniells.

Me dirijo frente a la tumba de mi padre, tomé el micrófono, no sabía cómo empezar a hablar y todos me miraban a la espera de mi discurso, dirigí mi mirada a Aaron y él solo gesticuló un tú, puedes con sus labios después de eso tomé una gran bocanada de aire y empecé a hablar.

—Buenas tardes, muchas gracias a todos por estar aquí, no voy a decir que me alegra que mi padre esté descansando en paz, el día de hoy voy a ser egoísta y decir que lo único que quisiera que esté aquí a mi lado. Mi padre era como un niño más corriendo por la casa, siempre alegre, pero siempre siendo responsable con sus cosas. Él nos quiso con tanta fuerza que estoy segura de que su amor va a quedar grabado en nuestros corazones para siempre— sentí como un nudo se formaba en mi garganta— mi corazón se hace chiquito al pensar en ti— seguí hablando acercándome más al ataúd— no va a ser fácil seguir, pero te prometí que iba a llegar lejos y lo cumpliré solo por ti — las lágrimas no se contuvieron y empezaron a deslizarse por mi rostro— te recordaré siempre, mi hermano y mi padre tienen el mismo tipo de ojos un color avellana precioso algo que me ayudara a recordarlo y te recordaré siempre cuando mamá nos regañe, recordaré como hacías muecas y gestos detrás de ella solo para molestarla— todas las personas en el lugar rieron por lo bajo— te amo papá y siempre te llevaré en mi corazón, nos veremos en otra vida mi caballero de brillante armadura.

Después de que baje siguió mi madre y por último mi hermano sus palabras fueron hermosas, la gente nos dio el sentido pésame y enterramos a mi padre en el mausoleo familiar. Ver como bajaban la tumba con mi padre adentro me quebró aún más el corazón.

Ya nos encontrábamos en casa, ya algunas personas se habían ido. Los chicos seguían aquí. Mi abuela estaba merodeando por ahí. Pero realmente no me importaba lo que hiciera, me sentía tan cansada física y mentalmente que no me iba a molestar en mirarla.

Estábamos sentados todos en la sala en silencio cuando alguien decidió romper dicho silencio.

—TÚ ERES LA CULPABLE DE TODO ESTO— grito mi abuela entrando en la sala— TÚ ERES LO PEOR QUE LE PUDO PASAR A MI HIJO.

—Abuela no es momento para esto por favor— dijo Hunter poniéndose de pie.

—Sí, SI ES MOMENTO— empezó a gritar de una manera desesperada— ELLA SOLO APARTÓ A MI HIJO DE MI LADO Y MIRA COMO TERMINO, VARIOS METROS BAJO TIERRA.

Mi madre se levantó en silencio y se dirigió hacia mi abuela y antes de que mi madre pudiera hablar una cachetada la mando al suelo, me acerque a ella y la ayude a levantarse.

—No tiene ningún derecho de venir aquí a mi casa e insultarme como si yo fuera una cualquiera...

—Como si fuera— continuó mi abuela— eres una cualquiera, tu apellido es lo único bueno que tienes. Solo te revolcaste con mi hijo para hacer crecer el imperio de tus padres y así recibir más dinero en tus bolsillos.

Mi madre agarró el brazo de mi abuela y la llevó hacia la salida, empujándola fuera de la casa.

— La cualquiera aquí es usted. Tiene tres hijos, cada uno con un padre diferente. No quiero volver a verla aquí, ni en la empresa. ¿Entendió? — Mi madre cerró la puerta tras ella. Entró a la casa y, mientras caminaba por el pasillo, pasó por la sala y nos dedicó una mirada.

— Voy a descansar. Este ha sido... Un día bastante agotador— dijo para después subir las escaleras.

—Tu madre es mi ejemplo por seguir— exclamó Noah— ¿Puedo besarle los pies?