Capitulo 28. El oficio de Esmeralda

Luna

—Esmeralda tarda mucho ¿no? Se le va a enfriar el primer plato—dijo Rufo mirando su plato. Tenía el cabello rubio y corto pero voluminoso, tenía algo de barba también.

—Voy a ver que hace—dije levantándome de la silla. —No me esperéis, id comiendo—Salí de la sala del restaurante para ir al baño que supuestamente Esmeralda había ido antes. —¿Esme?

Mire todo el baño público, estaba todo blanco con el agua, el secador y el jabón todo automático. Esmeralda había salido del baño mirando su móvil.

—Luna, ¿qué haces aquí? ¿Me buscabas?

—Estas un poco rara ¿no? ¿Te pasa algo?

—No me pasa nada, vámonos que nos estarán esperando.

—Vale, a mi no me engañas, siempre has sido una persona muy callada y observadora, ¿estás haciendo algún pedido? Algún caso emocionante.

—No sé porque te lo conté.

—¿Tu trabajo? ¿Y por qué no? Somos amigas y las amigas se lo cuentan todo.

—Pero peligra mi trabajo como detective privado, y ahora vámonos.

—Espera, ¿qué caso tienes? Solo quiero saber el caso, alomejor te puedo ayudar.

—No gracias, prefiero hacerlo sola, por eso soy detective PRIVADO—Lo remarcó.

—Vamos, por favor, dame alguna pista al menos—Se fue del baño y como una impaciente le suplique.

—Luna por favor, no te voy a decir nada.

—Entonces lo averiguare por mi cuenta—Me quedé parada.

—Mucha suerte con eso—Esmeralda siguió andando. Mira que me pone enferma… Pues estoy dispuesta a descubrir lo que investiga.

Me fui donde estaban los demás, en la mesa 19, me senté sin perder de vista a Esmeralda quien estaba a cuatro sillas de mí. Estaba pensativa.

—Esmeralda, tú que sabes de trenes…—Mauro intentó hacerle una pregunta pero Esmeralda lo interrumpió.

—El de los trenes es este de aquí—Señaló a Arún, estaba a su lado. —Yo no sé nada.

—Algo sabes, te enseñé cosas la semana pasada.

—Bueno, si después de de eso crees que estoy preparada para responder a preguntas de los trenes, entonces adelante.

—Mejor contesto yo, ¿qué pregunta tienes?

—No, es igual, no tiene importancia.

—Lo has hecho para ver como reaccionaria ¿verdad? Da gusto que no has cambiado nada.

—No ha sido nada personal, pero antes te reías con eso.

—¿No has pensado en que alomejor yo he madurado y tú sigues siendo el mismo de siempre?

—Por lo menos yo no estoy toda la noche callado, escuchando lo que dicen los demás, yo aporto a la conversación.

—Por lo que aportas, mejor que no aportes nada.

—¿Que has dicho?—Mauro se levantó y todos nos pusimos en medio para que fuera a más, sabía que Esmeralda era solitaria, casi nunca hablaba aunque estaba con nosotros.

—Vamos, vamos, que hoy es la última noche de Oriol con nosotros—Dijo Violeta.

—¿No será que es la última noche contigo?

—¡Esmeralda!—Salté.

—Estamos todos muy tensos, ¿qué tal si nos relajamos? Un poco de respiración profunda siempre viene bien, al menos a mi me funciona—Dijo Blanca.

—¿Qué tal si pedimos champán? Por la boda de Oriol y Violeta ¿Qué os parece?—Amber estaba siendo curiosamente muy amable a mi modo de ver, todos—Perfecto, voy a pedirlos, ahora vuelvo.

—¿Es cosa mía o Amber se está portando muy amable con nosotros?—Preguntó Bruno.

—Quiere caeros bien, empezar de cero y eso.

—Pues conmigo que no cuente, no pienso beber tengo que darle el pecho a Platina y no es bueno beber alcohol con una niña de meses—Dijo Mar con el cochecito al lado.

—Ya estoy aquí, ya lo he pedido, nos lo servirán enseguida.

—¿Por qué no has levantado la mano? Podríamos haberlo pedido en la mesa.

—Me pareció mejor levantarme, así podía ver a mi hermano que está trabajando de cocinero aquí.

—¿Tu hermano es cocinero? Qué bien.

—Sí, es uno de los mejores de la familia, ah mirad, ahí vienen con el champán—¿Es raro que las copas ya estén servidas nada más salir de la cocina? ¿No se supone que vienen con las botellas enteras y ya tú si quieres te sirven o te sirves tu mismo?