Trabajo en Equipo

En la Organización Criminal había una reunión con ambos equipos.

—Su misión es la siguiente: van a rastrear a Private y le quitarán los planos de la casa de Norbert Guionette. Es todo —dijo Yumiko.

—Parece fácil.

—¿Fácil? —preguntó Poulett, viendo a Spencer— Ni siquiera sabemos quién es Private.

—Por eso dice ‘rastrear’ —remarcó Baruk.

—¿Qué? ¿Se te hace difícil rastrear a una persona?

Poulett les echó una mirada amenazadora.

—Tranquila, sé dónde encontrarlo —Tania le habló al oído.

—Eh… una pregunta, ¿para qué quieren los planos de la casa? —se atrevió a preguntar Lizeth.

—Para entrar sin que él o sus guaruras lo noten —respondió Yumiko, con obviedad.

—Ah, sí…

—Bien, posteriormente les daré instrucciones, solo hagan eso.

La joven se retiró, dejando a los equipos.

—Miren, si no pueden hacerlo, nosotros nos encargamos —decía Spencer.

—¡Nosotras podemos hacerlo! Ustedes, háganse a un lado —respondió Poulett.

—Oigan, tranquilos, tranquilos —Baruk intervino—. ¿Qué les parece si competimos? Vamos a ver quién obtiene esos planos primero.

—Buena idea, Baruk —apoyó Spencer.

—Estoy de acuerdo —dijo Poulett—. Que gane el mejor equipo.

Las chicas se dieron la vuelta.

—Si nosotros ganamos, quiero tener una cita con Tania.

La mencionada se sorprendió.

—Oye, no voy a salir contigo —advirtió, dándose la vuelta.

—Eso es solo si ganamos, preciosa.

—Y, ¿Qué hay si nosotras ganamos? —preguntó Lizeth.

—No sé, ustedes digan.

—Lo decidiremos en el camino, vámonos chicas —respondió Poulett.

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La misión comenzó.

—Ok, Tania, dinos donde encontrarlo.

—Trabaja como mensajero, vayamos a las mensajerías y yo les diré quién es.

—¿Por qué lo sabes? —Poulett estaba asombrada, al ver la seguridad de su compañera.

—Tengo información gracias a alguien, recuerden.

Las chicas recordaron cuando Tania les llevó la información de la Fuerza Blanca antes de robar el Banco Central, así que ya no les pareció extraño. Fueron al primer servicio de mensajería que les quedaba cerca.

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Mientras tanto…

—No hay información sobre Private, es difícil de rastrear —decía Baruk, al buscar en su celular.

—No tenemos ni una pista, es como si fuera invisible —agregó Jung.

—Debemos encontrarlo, ya apostamos con esas chicas.

—Si tuviéramos algún contacto en la Fuerza Blanca, sería fácil.

Spencer reflexionó sobre el último comentario de Baruk.

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—Ahí está, es él, ¡es él!

Tania señaló al recepcionista del servicio de mensajería. Era fácil reconocerlo por esos lentes oscuros que llevaba todo el tiempo.

—¿Por qué usa lentes oscuros en interiores? —preguntaba Lizeth.

—Como sea, vamos a ver —Poulett se acercó a él.

—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarles?

—Queremos unos planos, de una casa.

—¿Disculpe?

En ese momento, Tania lanzó cuchillos para romper los cables sueltos de las cámaras de seguridad. Lizeth noqueó a los guardias y sacó a las dos personas que se encontraban ahí. Cerraron el lugar.

—¡Qué curioso que seas el único empleado aquí! ¿Puedes con todo el trabajo tú solo? —preguntaba Poulett, recargándose en el mostrador.

Private retrocedió, al notar el ataque. Miró a Tania, no dijo ni una palabra.

—Queremos los planos de la casa de Norbert Guionette —decía Poulett—, puede ser por las buenas o por las malas.

—Está bien.

Caminó hacia la puerta de la bodega del lugar, donde estaban todos los paquetes y cartas. Lizeth lo siguió, cuidando que no hiciera nada raro. Buscó en unos estantes y sacó un paquete en forma de rollo.

—Aquí están —se los ofreció a Lizeth.

Ella tomó el paquete en sus manos.

—¿Cómo sé que no son falsos? Esto es demasiado fácil.

—Porque él sabe que es parte de sus planes y… confía en ti.

Se quedó perpleja al escuchar estas palabras al mismo tiempo que se acordó de él cuando le dio la carta en la calle. Private solo sonrió.

—¿Todo bien? —preguntó Poulett, al acercarse.

—Sí, solo que… debemos ver que realmente sean los planos que buscamos —reaccionó Lizeth.

—Ok, vámonos. Los revisaremos aparte y si no son… —miró a Private— …volveremos y lo haremos por las malas.