Decepción Amorosa

La música se escuchaba en la casa de Bastián. Los invitados estaban presentes, incluso quienes ni siquiera habían recibido la invitación.

—Tania entró a esa casa con sus amigas —decía Spencer—. Según la información, esa es la casa de Bastián Goldsmith, el líder de la Fuerza Blanca.

—¿Qué están haciendo ahí? Es como si fueran los mejores amigos —agregó Baruk.

—Esto ya es alta traición —dijo Jung.

—¿Y si nos colamos?

Se sorprendieron con la pregunta de Spencer.

—Diremos que somos amigos de las chicas.

—¿Bromeas? El Dúo Perfecto nos ha visto —recordó Baruk—. Cuando secuestramos a Norbert.

—Entonces debemos disfrazarnos. Hay que entrar a esa fiesta y ver lo que está pasando.

—Quieres entrar porque sabes que Tania está con Eduardo —comentó Jung.

—Sí, ¿Qué importa? También recolectaremos información de la Fuerza Blanca.

—Bien, nos disfrazaremos —apoyó Baruk—. No es necesario que te disfraces, Jung. Todavía no te conocen.

—No pensaba hacerlo.

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En la fiesta. Bastián y Poulett estaban conversando con Private y el Mago Zaid. Karla se acercó. Debía unirse a esa conversación. Por otra parte, Damián se acercó a Lizeth.

—Hola. Soy Damián, el mejor amigo de Eduardo.

—Hola.

—¿Puedes creer que apenas conozco a Tania, su novia? Yo, que soy su mejor amigo.

—Sí, me parece muy raro. Bueno, no tanto, porque puede que haya querido protegerla. Ustedes son policías especiales.

—Cierto. ¡Eres muy inteligente!

Lizeth se limitó a sonreír.

—Y tú, ¿andarías con alguien de la Fuerza Blanca? O… ¿te da miedo?

—No estoy interesada.

—Es porque no me conoces. Podríamos salir y conocernos.

Lizeth no lo podía creer. Damián estaba interesado en ella, otro de los enemigos se le acercaba. Esto era el colmo.

—Lo siento. Ya tengo una relación.

—Debiste traerlo a la fiesta. Tus amigas están con sus novios…

—Él está muy ocupado, no tiene tiempo para estos juegos.

Damián soltó una risa. Era evidente que estaba inventándose al novio.

—¡Por favor! ¿Quién podría ser? ¿Norbert Guionette?

A Lizeth se le borró la sonrisa y se le congeló la sangre en ese momento. ¿Había sido descubierta? ¡No! No debía alterarse. Él solo estaba bromeado como parte de su intento de conquista. Se tranquilizó antes de levantar alguna sospecha. Volvió a sonreír, siguiendo la broma.

—No. No se trata de él.

—¡Solo estaba bromeando! Ya te hice reír.

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El equipo Irradiante se acercó a la casa. Estaban a punto de tocar cuando…

—Oigan, ustedes. ¿Quieren entrar a la fiesta?

Se paralizaron al escuchar la voz. Voltearon y se tranquilizaron al ver que se trataba de Dennis.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Spencer, usando una peluca oscura.

—Los estaba buscando y me encuentro con esto. ¿Desde cuándo son amigos de Bastián?

—Estamos aquí para recopilar información sobre la Fuerza Blanca, ¡no es lo que piensas! —explicó Baruk, usando un gorro que cubría su cabello despeinado y lentes oscuros.

—Bien. Yo puedo ayudarlos —dijo Dennis al adelantarse a la puerta—. ¡Soy amigo de la Fuerza Blanca!

—No… no… no es necesario —pidió Jung.

Pero era demasiado tarde, el joven tocó la puerta. Bastián abrió, antes de que los demás pudieran alejarse.

—¡Bastián! Queremos entrar a tu fiesta —dijo Dennis.

—¿Qué haces aquí?

No respondió la pregunta y se pasó. Los demás lo siguieron. A Bastián le parecía bastante raro que el hijo del Alcalde Guionette lo visitara. Solo tenía contacto con Norbert. Sin duda, esta fiesta sería muy interesante.

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El trío se alejó de Dennis y pudieron ver a las chicas. Spencer quedó maravillado al ver a Tania, pero rápidamente se molestó al verla con Eduardo. Baruk y Jung actuaban naturalmente, tomaron una copa de la mesa y se sirvieron vino. Dennis se acercó a Poulett.

—Hola, hermosa.

La mujer se impresionó al verlo ahí.

—¿Qué demonios…?

—Te ves radiante con ese vestido.

—Ni siquiera lo pienses, perdedor. Bastián es mi novio.

—¿Qué? ¿En serio?

—Así que aléjate.

Poulett se fue a donde estaba su hombre. Dennis quedó desilusionado. No podía ser verdad. ¿Cómo era posible que le quitaran todo lo que quería? Primero, Norbert se interponía en su camino hacia la alcaldía; ahora, Bastián le quitaba a su mujer ideal.