35: Agrégame a esa lista

Y las cosas se siguen poniendo más y más raras.

Hoy desperté sintiendo una sensación extraña en mi cadera. Paso mis dedos y es como si apenas pudiera sentirlos, la sensibilidad de mi piel se está disminuyendo. Rápidamente entro en pánico, ¿No solo será en las piernas?

Cierro los ojos de nuevo, tengo que tranquilizarme antes que vuelva a tener otro ataque de pánico. Como siempre es difícil salir de la cama, los estiramientos ya no están sirviendo mucho y siento un dolor como si hubiera corrido dos horas seguidas.

Entro a la ducha y me sostengo de todo lo que puedo con el constante miedo de caerme. Eso es algo que me fastidia, saber que en cualquier momento mis piernas pueden debilitarse más y yo puedo lastimarme realmente mal.

Ahora tomar una ducha me toma casi treinta minutos cuando antes lo hacía en quince o veinte. Tengo que hacerlo con calma o siento que pierdo el equilibro, y no solo cuando me muevo sino cuando cierro los ojos. Si cierro los ojos parada, siento que el piso se mueve.

No hace falta decir que aprovecho estar bajo el agua para llorar de frustración, no sé si esto es justo o no, no sé si lo merezco o no, no sé si realmente no es hereditario o alguna mezcla entre los genes de mis padres me produjo esto pero lo que sí sé es que no es fácil. No es nada fácil.

Cuando termino pienso en la madre de Dylan. Ahora que ya se lo conté a Dylan ya hablo de eso libremente con ella cuando puedo, y ella me cuenta de su experiencia. Me ha dicho que aunque no parezca, el ejercicio realmente le ayuda así como a todos en general. He considerado volver a ejercitarme un poco pero es difícil con esto que estoy sintiendo ahora.

Vestirme es algo que también me da pena hacerlo, tengo que sentarme y me siento como si fuera una anciana. Busco la ropa que no me apriete, después de un rato se siente doloroso y prefiero evitar eso.

Ayer me inyecté en la parte baja del estómago y tengo una marca roja, me duele como si fuera un golpe. Me aseguro que el elástico del pantalón quede debajo de esa marca, cuando me toco me lastima mucho. Me coloco los zapatos bajos, veo mi rostro y suspiro.

Se supone que los síntomas van y vienen, se supone que debería estar mejorando pero hoy descubrí que ahora esa rara sensación de adormecimiento está en la piel sobre mis costillas también, entonces, ¿Estoy empeorando? ¿Y si todo el cuerpo llega a sentirse entumecido?

He visto videos en internet y muchas personas con esclerosis múltiple tienen que usar bastones, andadores o ir en silla de ruedas. Tengo miedo cuando escucho esas historias, ¿seré así? ¿Ese es mi destino?

Aunque también hay casos opuestos, personas que no podían moverse y ahora hasta compiten en competencias de atletismo. No sé si depende de su suerte o de su fuerza de voluntad, como la madre de Dylan quien raramente se queja de algo o quita la sonrisa de su rostro.

Algo que he leído es sobre como muchas personas han intentado de todo pero que la mayoría llega a una conclusión: es vivir con la menor carga de estrés. Creo que sí, que he estado estresada pero no creo que sea para tanto, ¿significa que no puedo ni siquiera preocuparme un poco? ¿En lo más mínimo?

No sé, no tengo idea de nada. Ojala alguien me diera un libro con todas las respuestas, con explicaciones detalladas y sobre todo, con una solución permanente.

Bajo las escaleras lentamente, me tomo mi tiempo y al llegar a la parte de abajo me siento aliviada. Mamá se acerca y me sonríe — ¿Quieres comer algo?

Normalmente le digo que no pero hoy me desperté más temprano y Dylan no estará aquí hasta en quince minutos. —Está bien.

Ella acaricia mi cabello y la dejo — ¿Qué hiciste hoy?

—Huevos revueltos, pan integral con mantequilla de maní vegana y licuado de frutas —bueno al menos no suena tan mal como la vez que quería darme batido de espinaca con berenjena.

—Mama —ella me toma de la mano para llevarme a la mesa—. No te lo he dicho pero… —gracias por intentar arreglarme a tu forma—, gracias por cocinar para mí.

Dylan es demasiado bueno para este mundo y una conversación con él hace unos días me hizo darme cuenta que mis padres  no son tan malos como yo pensaba. Él no me regañó por la forma en que los trato, él solo dijo: “Que lindo ver como tus padres hacen todo lo que pueden por ti” y “realmente te aman”

He sido dura con ellos y no puedo mentir, en algún punto los culpé de lo que me pasaba. Yo quería encontrar un responsable y acusarlos de todo y nada era lo más sencillo para mí, aunque ahora veo que mamá solo trata de mejorarme y papá intenta dejarme vivir mi “vida normal” pero sin descuidarme.

— ¿Dylan ya viene por ti? —Mamá me sirve la comida y se sienta a mi lado, con un plato de frutas y un té verde—. ¿Crees que quiera comer algo antes que se vayan?

Rasco mi mejilla —No sé —ella se ve algo decepcionada—, le preguntaré cuando venga, ¿sí?

Ahora sonríe —Claro, me agrada mucho —ella dice tomando una fresa con su tenedor—. Ese chico es tan bueno contigo, ¿Es tu novio?

Intento ocultar mi sonrisa pero no lo logro pues mamá suelta una risita —No es lo que piensas —no hemos establecido que somos—, pero somos buenos amigos.

Ella suspira —He notado como te mira —lleva la fresa a su boca—, Bryn, este chico me agrada mucho más que Will.

A mi también —William ya no existe para mí.

Asiente y rasca su mejilla—Me alegra escuchar eso —yo tomo un poco de mi huevo revuelto y mastico—, no te lo dije pero a veces él te trataba de una forma que no me gustaba.

Frunzo el ceño y trago la comida dentro de mi boca. — ¿Cómo?

Tuerce la boca —Como la última noche que estuvo aquí, a veces se iba de aquí sin despedirse, no respetaba las reglas de tu padre, incluso actuaba como si lo estuvieras aburriendo —vaya, ¿así nos mirábamos realmente?

— ¿Por qué no dijiste nada? —Tomo un poco de jugo—. Digo, sé que a veces él no era el más educado pero pudieron decirme algo para que entrara en razón.