Ella apareció en mi vida

A veces en la vida llega un instante en el que parece que todo se detiene. Aunque apenas tengas veintisiete años… nada te alegra, no quieres ver a nadie. Y entonces, alguien más fuerte toma las decisiones por ti, colocándote frente a los hechos.
Así estoy yo, caminando por el pasillo de una institución oficial solo porque mi padre lo decidió. Camino sin un propósito definido… simplemente avanzo. No porque me queme el deseo de salvar a otra persona en apuros, sino porque di mi palabra de ir.
Arrastro los pies sin pensar demasiado, con la esperanza de gastar la mínima energía posible para resolver el problema. Me da pereza pensar, me da pereza moverme, estoy cansado de tantas decepciones…
Pero abro la puerta, y comprendo que aquí está: el punto sin retorno.