20. "Batas nudistas"

—Eso era, un maldito alcohólico. Gracias a hermano salí de esa oscura realidad —A partir de su historia, no he podido mantener mi vista clara. Su vida es tan turbia. Mis ojos quedan hipnotizados en la pared, pero mi pensamiento en la nada—. El día en que me desmayé en tu país, ella fue la responsable. No tengo la menor idea de cómo consiguió mi número... Solo no quise que supieras de mi pasado, porque simplemente quise dejarlo atrás. No quiero volver a acá porque me recuerda todo a ese día en que la descubrí con otro en la cama... Estando en este hospital he decidido vivir un tiempo en tu país, por ti y por lo que tenemos juntos. Quiero dejar esto en el pasado, eso es todo.

Sus sinceras palabras lograron estrujarme el corazón. Desestabilizaron el muro fortificado que mantenía en pie. Al igual que él, yo quería mantenerlo cerca. Me da una felicidad inmensa y no veo un lugar en mi mundo que no quepa él.

—Sé que esto es demasiado apresurado... —tomó mis manos, impresionándome. Mi corazón se paraliza—, pero desde hace un par de semanas atrás no he dejado de pensar en ti y en lo mucho que te quiero.

—Sabes que yo también te quiero, Jaiden —Murmuré bajito al no estar acostumbrada a este tipo de expresividad.

—Hoy mismo quiero regresar —Suelta de una, logrando que habrá los ojos.

—Pero ¿qué hay de tu trabajo? —Pregunté inquieta—. Se supone que tienes una reunión para esta semana que viene.

—La única razón por la que hice este viaje, fue para que te encontraras con Victoria —Le golpeé levemente con mi puño en el hombro y él hizo una mueca de dolor. Eso fue por mentiroso—. Cariño, ¿qué dijimos sobre el maltrato al paciente?

—¿Dónde está? Tal vez me mientas sobre lo del desmayo —Bromeo cruzándome de brazos y él hace una mueca. No entiendo cómo me podría enojar con él, con todo esto que hemos pasado hoy. Lo malo se va y lo bueno se queda—. Es broma, Jaiden. Gracias, muchas gracias. Si no fuera por ti, estaría angustiada por Victoria.

—No hay de que, estaré para ti cuando siempre me necesites —Murmuró como una promesa irrompible.

—Y yo para ti —Confieso y le di un casto beso sobre sus labios.

Sentimos el rechinido de la puerta abriéndose y al instante mantuvimos la distancia. Me giré curiosa y la mirada inquisitiva del doctor no se despegaba de nosotros.

—Tengo sus resultados, señor Jaiden. Los leeré —Bajó la mirada a su plantilla y la estudió con un gesto negativo—. Al parecer otra vez tuvo un ataque de nervios. Lamentablemente debe estar lejos de ese tipo de situaciones o las consecuencias serán fatales y más con la enfermedad que tiene. Estos casos si no se previenen, tienden a ser más complicados... Cuídese por el bien suyo y el de la señora, no quiere dejarla viuda. —"Señora" fruncí el ceño—. En fin, debe estar al pendiente de las pastillas que toma cada día.

—Siempre he estado atento con eso —Confiesa dejándonos a ambos más tranquilos—. ¿Podría decirle a mi familia que me encuentro bien?

—Lo entiendo, veré que puedo hacer. Tiene el alta, puede irse y quiero que esta tarde descanse bastante. Hoy es crucial hacerlo.

—Sí.

Se despide con "Hasta luego" cierra la puerta y yo me volteo con una ceja levantada.

—Así que señora, ¿se puede saber cuándo nos casamos? —Pregunto con sarcasmo.

—No ahora, pero... —jugueteó con sus cejas y pasó una mano por su cuello—, en un año tal vez o cinco. Solo el tiempo lo dirá.

—Apenas me has pedido ser tu novia, ¿y ahora quieres casarte? —Cuestiono sus palabras.

Su cara de póker cae en la mía.

—¡¿Pero eres mi novia?! —Argumenta.

—Tu novia falsa —Lo corrijo y él bajó la mirada lo que me hizo recordar algo. —Oye—Llamé su atención—. Sé que no es mi de incumbencia, pero ¿qué enfermedad tienes?

Se tensó de inmediato, lo noté por su cambio de actitud repentina.

—Es una sin relevancia —Dio por entendido, para luego suspirar por un largo tiempo—. Espera un poco.

Vestido en solo una bata, se levanta de la camilla en busca de algo en su ropa. Curiosa lo recorrí con la mirada, pasando por su espina dorsal descubierta hasta toparme. Mierda. Sus posaderas, desvié la mirada al instante, pero se volteó al mismo tiempo en que me descubrió viéndole.

—¡¿Estás desnudo?! —Chillo inquieta.

—¿No me digas que no has visto a un hombre desnudo? —Niego rotundamente.

—Por lo general nunca en la vida veo a hombres desnudos, mucho menos a mis novios —Confieso al tapar mis ojos con mi antebrazo.

—¿Ahora soy tu novio? —Preguntó irónico y yo trato de aventarle una almohadilla.

—Fallaste —Se burla y no tengo más remedio que sacarle la lengua.

—Mejor cambiante para irnos luego, nudista —Luego me coloqué a pensar—. Me pregunto, ¿qué te abran hecho las enfermeras cuando te desnudaron?

—Gracias a ti, no me gustará volver al hospital —Su voz suena preocupada.

—¿Ya te colocaste los calzones? —Consulto curiosa.

—Son bóxer, Ali —Cuestiona riendo y con eso consigo un punto por dañarle el ego—. Y sí, ya lo hice.

Haciendo una mueca con lentitud comencé a abrirlos y frente a ellos estaba el chico semi desnudo. Las manos no tardan en sudarme de los nervios al verlo tan expuesto.

—Y-ya cambiante —Le ordeno para sonar un tanto calmada, pero aquello no resulta.

«Por lo menos antes de que pierda la cabeza» Digo entre mí.

—¿Por qué, Ali? ¿Provoco algo en ti al estar cerca de ti? —Se comienza a distorsionar la distancia entre nosotros, tanto así que siento su respiración penetrarse en mi nariz—. De esta manera

Al perder la cabeza intento retroceder, pero es inútil, se me reduce los centímetros.

—No r-responderé a eso —Trago saliva para tranquilizarme—. Estamos en un hospital.

—Podemos ser malos —Susurra para enloquecerme más.

—Estás loco —Cuestiono con la poca voluntad que me queda.

Él retrocede para dejar mi espacio personal que fue invadido por sus encantos.