Provocar

Lo difícil atrae, lo imposible seduce, lo complicado asusta, lo extremadamente complicado enamora. 

Paulo Coelho

Fabio se encuentra en un club después de un día lleno de trabajo y nuevos conflictos con Eduardo vino a tomarse cuál que trago... 

Por el alta música escucha gritar a una mujer, llevando la mirada hacia el grupo por donde vino el grito se encuentra con que la que grita de alegría en compañía de sus amigos y el alcohol es Valeria - ¡Voy a ser tía! (Grita alegre) - Uhhhu (levanta la copa al aire para beberla). 

Después de un tiempo observándola, Fabio regresa a su previa posición. Hasta que no la escucha a su lado - Tavo, Tavo, Tavito. 

-2 tequilas. (al llegar con Valeria a bar Octavio ordena del barman) 

-Y esto que sea la última, ya tomé demasiado. 

-Bueno que mañana no trabajamos, tu padre no sería feliz. 

-Si no trabajas para mi papá.

-Todos trabajamos para tu papá, eso que no es mi superior no cambia la relación. 

-Bueno que entonces deje de trabajar ahí. 

-Felicidades a la tía. (Harto de observar llama su atención) - No me dio la impresión de que eres así de feliz con la noticia.

-Uf. (agarrando la mano de Octavio) - ¿Dime qué estoy escuchando mal? 

Dándose la vuelta, ve que no lo estaba - Uf, ¿por qué no puedes hacerte que no nos conocemos? 

-Para alguien que hace unos minutos grito de felicidad de que vamos a ser unidos en familia no me parece posible lo que deseas. 

-¿Y desde cuándo eso es tu deseo?, porque si mal no recuerdo hace poco me proponías separarlos. (bajando la cabeza para reírse Fabio va a contestarle, ignorando los 2 en esa discusión a Octavio) 

-¿Y tú te has reconciliado con eso, porque sí vamos a solo segundos atrás no me pareció que te gusta la idea de verme y eso será muy seguido...? 

-Nada más porque compartimos sobrino, (poniendo el dedo adelante para corregirse) - no sobrina eso no significa que tendré que verte menos tratarte. 

-¿Tan segura estás? 

-Segura de todo y en todo. Mi hermana puede ser una idiota al enamorarse de alguien quien no piensa en los sentimientos de los demás, pero no es una ingenua para no darse cuenta de que le sucede de nuevo. Tavo, vámonos (agarrándolo de la mano, comenzando a alejarse del bar hacia la salida con la mirada de Fabio en ellos y una sonrisa). 

-¿Crees que deberíamos comenzar planear? (Pregunta Eduardo a Karla que tiene abrazada, sentados en la sala de la casa de ella) 

-¿Qué exactamente? Sobre el bebé todo hemos dicho.

-Con la nueva idea de Fabio, de fastidiarnos, no sé. 

-Único problema que tienes es el de trabajo. 

-¿De verdad, solo trabajo tú no ves ningún otro? 

-Bueno y su relación. A bebé nada de eso incumbe. 

-¿Y a nosotros? 

-¿Cómo exactamente opinas eso que incumbe a nosotros? 

-No lo sé, en mucho. (Bajando la cabeza y el tono de su voz) - Sabes como todo terminó la última vez. 

Al escuchar esas palabras Karla se aleja drásticamente de Eduardo para contestarle mirando como por las manos no deja de ser nerviosa - Muchas cosas estaban diferentes y si no necesitamos pasar por ahí, quisiera que no lo hagamos. (Levantando la mirada a él) - Yo nunca fui a terapia para recuperarme por completo de eso. (culpa de nuevo invade a Eduardo, que no la puede ver al enterarse de cuánto daño hizo. Tocándole la mano, Karla prueba consolarlo) - Mira, no es que no puedo nombrar el tema, es que exclusivamente es demasiado, muy pocas veces tengo fuerzas para enfrentarme a ese tiempo. No sé si un día la cicatriz sanará o siempre quedará así. (Quitando la mano) - Desde que esto todo paso por primera vez fui capas de acercarme al cementerio donde lo enteraron, nunca pude cruzar la cerca y creo que nunca podré, simplemente esa historia nunca tuvo un fin, quedó como medio inconclusa. 

-¿Dime qué pasó la última vez cuando lo viste, porque lo viste desde que te fuiste, él no se hubiera rendido de otra forma? 

Pasando las palmas por los muslos, varias veces, con cabeza abajo - Me encontró, tienes razón. Mi amiga que me prestó su casa terminó buscándolo y se lo dijo. No pasó nada (encogiendo los hombros y sacando el labio). - Lo corrí (Karla se lleva la mano a la mejilla cuando las lágrimas comienzan, de su estado de emoción se percata Eduardo quien se acerca a abrazarla) -, ya no tuve fuerzas, todo lo que pasó me cobró factura. 

Valeria desciende de las escaleras con resaca, sin embargo, al ver su hermana llora abrasada a Eduardo - ¡¿Qué la hiciste?! (Atrayendo la atención de ambos. Llevándose la mano inmediatamente en la cabeza) - ¡Aaay! (En voz baja exclama su dolor) 

No me hizo nada, estamos hablando. Esto si es embarazo. ¿Sabes que no es bueno ir a dormir con maquillaje? (Limpiando hasta final sus lágrimas) 

-Vine en un estado que no tuve paciencia para eso. Y tú, dile a tu hermano que me deja de fastidiar (apuntando con el dedo su atención a Eduardo). - Que primero se apareció en la tienda, no tengo ni menor idea de cómo me encontró y entonces anoche, en cambio, de ignorarme como una persona normal él tuvo que venir provocar. Y qué les digo algo, los quiere separar hasta me llamo para que nos unamos, ph. (después de eso se levanta y va hacia la cocina) 

-¿Qué fue eso? 

-¿Qué exactamente el comportamiento de Valeria o lo de Fabio? 

-Los 2, creo (confundido contesta). 

-Lo de Valeria es normal, lo de Fabio no me extraña, nada más no comprendo ¿qué quiere rodando Valeria? 

-No me tomes por palabra. Puede algo tener que ver el hecho de que se toparon en el aeropuerto hace menos de un año. 

-¿En aeropuerto, hace un año? (Sorprendida, repite Karla) - Si Valeria no salió de la ciudad desde que regreso, más con nosotros, pero no volamos. (confundida Karla repasa lo que sabe de Valeria) - Ahora cuando me recuerdo, si hablo de algún tipo cuando vino en mi oficina (mientras Eduardo se encoge de hombros, Karla sentencia). - Sí, debe ser él porque comenzó nombrarlos. La recordó mucho a su comportamiento.