Capítulo 18: Hasta aquí llega la tregua

Capítulo 18: Hasta aquí llega la tregua

Pasé el resto de esos días encerrada en mi habitación, viendo capítulos viejos de Friends y recibiendo la visita de mis amigos que solían venir para que sea más fácil para mí estar en "reposo", aunque no había muchas cosas divertidas que hacer sin salir del cuarto.

Heather llegó un día a decirme que había visto mi nombre primero en la lista seguido por el de Summer, lo que le dio una alegría inmensa ya que nos tendría a ambas en nuestra última obra escolar, y procuraría hablar con el director Monroe para que reconsiderara la situación: ella sabía que yo no dejaría pasar eso por nada del mundo. Sin embargo, lo que me llamó la atención fue la insistencia con la que llamaba al director por su nombre de pila y la forma en la que se le teñían las mejillas cuando el nombre "Frank" escapaba de sus labios. ¿Será que Nick tenía razón?

Con respecto a Nick, había vuelto al menos tres veces al día y siempre traía comida, por lo que irremediablemente comencé a tomarle cariño. Es decir, ¡Traía comida! ¡Y de la buena!

Todo el mundo sabe que si quieres ganarte el aprecio de una persona, debes llevarle una pizza. Y si a esa persona no le gustaba la pizza, entonces no merecía ninguna especie de afecto... ¡Mentira, solo bromeo!

Nick había entrado en mi "circulo de amistad" con una rapidez sorprendente, y al único que parecía molestarle que pase tanto tiempo a mi lado era Johnny. Si, Johnny Becker.

—Ya es suficiente que tenga que soportar verte intercambiar saliva con este tonto —bufó el rubio golpeando el hombro de mi novio—, como para que ahora se sume el mariscal de campo presumido.

Era sábado temprano en la mañana y oficialmente me habían dado de "alta". Habían pasado cuatro días desde me anoté a la obra escolar y el tiempo había pasado increíblemente lento para mi. A pesar de eso, si estaba mucho mejor: podía bajar y subir las escaleras a mi antojo sin perder el equilibrio, que se me nublase la vista o sintiese mi almuerzo subir por mi garganta. Los chicos se habían reunido en nuestra habitación y estaba cada uno en su asunto. Summer estaba arreglándose para salir en una cita con Patrick —a la cual me negué a ir a pesar de que me pidieron que los acompañe en reiteradas ocasiones, para no ser la tercera rueda—, éste último y Freddie estaban sentados en mi cama jugando a un videojuego muy ruidoso para mi gusto y lanzaban improperios al aire cada dos por tres, yo estaba en la cama de Summer observando aburridísima la situación y Johnny estaba absolutamente inquieto.

—Cuidado, Becker. —musitó Freddie sin dejar de mirar al televisor.

—Nick no es presumido, de hecho me parece simpático. —acotó Summer mientras se peinaba frente a un espejo, captando rápidamente mi atención.

—¿Estás insinuando que intercambio saliva con Nick? —pregunté al rubio enarcando una ceja, y Freddie dejó el mando del videojuego y volteó a verme curioso.

—Estas repartiendo tu tiempo con él, que es prácticamente lo mismo. —me contestó John mientras iba y venia en la habitación.

—Claro que no. —dijo Freddie sentándose en la cama de Summer, a mi lado.

Me pasó una mano por la cintura y con la otra me agarró suavemente la parte trasera del cuello. De pronto, todos miraban la escena con curiosidad.

—Esto es intercambiar saliva.

De más esta que decir que me estampó un beso que por poco me deja sin aliento. Podía sentir lentamente como toda coherencia me abandonaba, solo me importaba la forma en la que Freddie me apretaba la cintura y cómo su boca se movía lenta y tortuosamente sobre mis labios. Por un momento casi pensé que estábamos solo él y yo en la habitación, en la secundaria, en el mundo. Claro, solo por un momento.

—¡Búsquense un cuarto! —gritó Patrick tirándonos con un peluche rosado de Summer en las cabezas.

—Lo hemos buscado, pero esta infestado de inútiles. —le saqué la lengua y él me enseñó el dedo del medio divertido.

—No es necesario esa clase de demostraciones. —Johnny hizo una mueca de asco, a la cual respondí aventando el peluche, dándole de lleno en la cara.

—Como si te molestaran cuando estas ocupado besando a Cassie. —rió Freddie, pero a cambio el rubio agachó la cabeza.

Oh, no. Ella de hecho me había caído bien. Una verdadera lástima.

—Las cosas no funcionaron. —comentó mientras rascaba su nuca, y Summer hizo un sonido desaprobatorio mientras negaba con la cabeza.

—No entiendo por que es tan difícil para ti tener una relación seria. —dijo atrapando un mechón dorado, enroscándolo en la rizadora.

—Soy como un colibrí, cariño. Una sola flor no cubre mis necesidades.

De pronto, mi puño, el puño de Patrick y el de Freddie fueron a impactar distintas partes del cuerpo del rubio, la que más cerca teníamos. En mi caso, el estómago.

—Deja de decir idioteces, Johnny.

—No le digas "cariño" a Scarlett.

—Calla de una vez, Becker.

Él lanzó un largo quejido y se tiró en mi cama, encima del cuerpo de Patrick, aplastándolo. Dijo algo parecido a "Es tan difícil ser sexy" antes de que se arme una trifulca en mi habitación y comenzaran a volar puños, maldiciones y gruñidos.

—Tu mejor amigo es un idiota. —rió en voz baja Freddie, cerca de mi oído.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y me sacudió cuando su aliento dio de lleno contra mi mejilla. Cuando voltee a verlo, sus ojos oscuros estaban clavados en mis labios y se le había agitado la respiración. ¿Cómo era remotamente que reaccionara de aquella forma a su simple tacto?

—Es increíble que tenga que competir con todo el mundo por ti, princesa.

—Tu no... no tienes que competir con nadie. —murmuré torpemente, pero él ya había atrapado mi mentón.

Depositó un corto beso en mis labios y pude sentirlo sonreír sobre mi boca. Antes que pudiese alejarse, posé mi mano en su mejilla y volví a unir nuestros labios, y esta simple acción despertó a Freddie. Pero poco pude disfrutar del beso antes de que una mano me agarrara por el cuello y me tirara suavemente para atrás.