Capítulo 24: Panteras contra tiburones

Capítulo 24: Panteras contra tiburones

Luego de la transmisión no autorizada, el director Monroe se mostró más agradecido hacia nosotros que ofendido debido a que aparentemente había rendido frutos. El locker de Nick fue vaciado por limpieza, él fue capaz de volver a su habitación y nadie lo molestó golpeando a la puerta en el resto del día. Lo único que yo lamentaba era que se había abierto a discusión el hecho de que Rogers tuviese una novia secreta de la cual nadie había oído hablar jamás, y entre las suposiciones volvía a saltar el nombre de Riley Piper como novia del mismo aunque llevaba semanas sin pisar Ridgewell.

Por otro lado, la mayor parte de la población —la que no había estado tan pendiente de la revolución hormonal— estaba palpitando el partido de esta tarde desde muy temprano, por eso no fue extraño encontrar una multitud de personas en la plaza central del campus junto a la estatua de bronce: gran parte del equipo de fútbol, el equipo entero de porristas y cientos de alumnos, algunos con la cara o partes del cuerpo pintadas de los colores azul y blanco.

—¿Escuchas eso? —gritó eufórico Johnny, con su brazo apoyado en mi espalda— Es el sonido de la victoria.

—No te adelantes a los hechos, Becker. —dije con una sonrisa, pero era cierto que apostaba lo que sea a que esta vez les ganaríamos.

Summer a mi lado no dejaba de aplaudir alegremente, feliz ante la congregación de personas. Era casi una tradición que nosotros nos reunamos en la plaza de la pantera antes de cada partido, y sabía que contra Whitmore sería una locura ya que era un total clásico desde siempre y estábamos orgullosos de tener la delantera en victorias.

—Iremos a aplastar cabezas esta noche —sentenció Patrick golpeando su puño contra su otra mano de forma violenta, y la sola mirada reprobatoria de su novia bastó para que el chico se encogiera de hombros con una sonrisa—. ¿Qué? Yo sé que ustedes también están deseando que les pateemos el trasero.

A nuestra derecha, el grupo de porristas con sus relucientes uniformes no dejaban de deletrear "Ridgewell" y agitar sus pompones vivazmente, algunas haciendo piruetas y otras simplemente saltando eufóricas; liderando el grupo estaba Medusa con su cabello aún azul por la tintura y no pude evitar largar una risa sonora al observarla que desde luego no pasó desapercibida por ella.

—Sabía que comenzaba a oler a perdedora. —bufó Chanel cuando pasamos a su lado, y me zafé del agarre de Johnny para quedar frente a ella con los brazos en mi cadera. Elevé una ceja al observar como las demás comenzaban a reír tontamente detrás de ella vitoreando su comentario infantil.

—Deberías probar bañándote, probablemente así dejarías de apestar el lugar con tu hedor a zorra. —escupí yo, y ella sonrió socarronamente frente a mí.

Llevaba demasiado tiempo sin que ella apareciera para fastidiarme, pero de cualquier manera el cabello azul de Chanel era un recordatorio de que en esta guerra que ella quería comenzar yo llevaba la delantera por mucho.

Summer estaba ahora a mi lado, y comenzó a tironearme del codo para que sigamos caminando, así que simplemente le hice caso antes de armar un escándalo y seguimos a Johnny hacia el donde estaba reunido el equipo charlando ruidosamente.

—¡Becker, al fin llegaste! —exclamó Krieger al vernos llegar, y palmeó el hombro del rubio que, a pesar de ser grande, fue empujado un poco por la fuerza bruta del otro.

—Estoy ansioso por acabar con los Pejelagartos. —dijo en respuesta, frotando sus manos, lo que causó que varios futbolistas elevaran sus puños al aire apoyándolo.

Pasé mi vista por el grupo y entre ellos no tardé en encontrar al capitán, que al verme allí se acercó a darme un abrazo que por poco me deja sin aliento.

—Me salvaste la vida, esta vez te debo una. —me dijo cuando nos apartamos un poco para hablar.

—¿Estás diciéndome que funcionó?

—Exactamente —Asintió, y puso sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón—. Aunque me han preguntado varias veces ya quien es mi novia, si la conocían, si era de Ridgewell y esas cosas, lo prefiero de esta forma sin duda. Al menos así puedo dormir.

—Me alegra haber ayudado —me encogí de hombros, él sonrió con una de sus típicas y acogedoras sonrisas de lado—. Ahora, ¿es cierto que estas saliendo nuevamente con Riley?

Él, captándolo, puso cara de espanto rápidamente y comenzó a persignarse frenéticamente—: No la invoques, es como Beetlejuice.

Tuve que tapar mi boca para no reírme tan alto, pero cierto era que la chica solía aparecer al ser simplemente mencionada en una oración. Como Voldemort.

—Parece que Dios las crea y ellas se juntan, porque parece que la líder del clan del terror posee el mismo radar, ¿será que todas las zorras vienen con uno incluído?

—¡Scarlett! —reprochó Summer, que al parecer estaba lo suficientemente cerca para oírlo todo, y le respondí con una amplia sonrisa que la hizo rodar los ojos. Nick, a mi lado, no dejaba de reír en voz baja provocando que sus hombros subieran y bajaran rápidamente.

Y hablando de hombros, Lord Voldemort en uniforme de porristas pasó a mi lado furiosamente y por poco me arranca el mío al chocarlo con semejante fuerza.

—Te lo dije. —le murmuré a Nick entre dientes, que chasqueó la lengua.

—Parece legítimo, no puedo refutarlo.

—Al parecer esta sí tiene un radar. —bufó Summer al verme frotarme el brazo, cosa que me hizo saltar sobre ella y pasar mi brazo sano sobre su cuello. Mi vida sin Summer sería realmente tan aburrida.

—¡Al fin los encuentro! —dice Freddie, que apareció a mi lado de repente— Llevo buscándolos como media hora.

Freddie pasó una mano por mi espalda y me dio un rápido beso en los labios que bastó para incomodar a Nick, y pude notarlo al verlo esquivar la mirada. Johnny salió del grupo de futbolistas a reunirse con nosotros y palmeó el hombro de Fred.

—¿Estás listo para esto? —le preguntó a Johnny.