Capítulo 47: Equilibrio entre sueños y desafíos

El sol se filtraba tímidamente por las cortinas del gimnasio de entrenamiento cuando Mateo llegó con paso firme, consciente de la magnitud del compromiso que había aceptado. El contrato por diez años y 700 millones de dólares no solo era un reconocimiento, sino también un desafío gigantesco que pondría a prueba su cuerpo, mente y corazón.

Las sesiones de entrenamiento eran más exigentes que nunca. Los entrenadores buscaban que Mateo mantuviera su máximo rendimiento y al mismo tiempo cuidaran de su salud para evitar cualquier riesgo a largo plazo. El agotamiento físico y mental comenzaba a asomar, pero Mateo no estaba solo. Stacy, con su ternura y paciencia, se convertía en su refugio cada día al regresar a casa.

En el hogar, la presencia de Alma llenaba cada espacio con risas, llantos y primeros balbuceos que emocionaban a sus padres. Mateo se maravillaba con cada pequeño avance de su hija, encontrando en ella la fuerza para seguir adelante. Sus noches, aunque cortas, estaban colmadas de amor y de miradas que prometían un futuro lleno de esperanza.

La fundación de Stacy también crecía, y a pesar de las agendas apretadas, siempre encontraban tiempo para compartir como familia. Mateo aprendía a equilibrar el peso de su carrera con la felicidad sencilla de ser padre y esposo.

Pero las presiones externas no desaparecían. La prensa seguía atenta, los seguidores exigían cada vez más, y los contratos publicitarios añadían compromisos que sumaban a la carga.

Sin embargo, Mateo estaba decidido. Su legado no sería solo en los campos de béisbol, sino en cada gesto de amor y esfuerzo por su familia y su comunidad.