51 - Un enorme lazo repleto de magia.

La vida es una sucesión de elecciones que deben ser completamente vividas para ser entendidas a la perfección, ya que la vida y el tiempo son los mejores maestros en estos asuntos, la vida nos enseña a aprovechar el tiempo y el tiempo nos enseña a valorar la hermosa vida

Unos descomunales estruendos de combate se podían visualizar llevándose a cabo actualmente en las nevadas y desoladas tierras pertenecientes al majestuoso reino de Arendelle, mismos sonidos de confrontación que al parecer se encontraban siendo completamente producidos tanto por los valientes guardias reales cómo por aquél inmenso número de malignos demonios repletos de una profunda oscuridad, tratándose a su vez de una devastadora e imparable batalla repleta de total destrucción que además se apreciaba siendo arduamente liderada por la hermosa fémina de lindos ojos azul turquesa cómo el bellísimo mar.

Misma mujer de hermoso cabello rojizo cómo las bellísimas hojas en la estación de otoño que al parecer se encontraba siendo fielmente acompañada tanto por su amada pareja sentimental cómo por aquél antiguo guardia real de color, mismo par de valientes hombres que a su vez se apreciaban en ese preciso momento tratando de proteger a toda costa la importante integridad de aquélla flamante reina momentánea de la nevada región repleta de enormes cantidades de magia.

Gran reino de Arendelle.

Zona central del pueblo.

3:00 de la noche.

Mientras tanto, los numerosos guardias reales se podían visualizar en ese instante encargándose de una forma sumamente ardua de que los terribles demonios originarios de aquél misterioso e inexplicable mundo de las tinieblas no lograrán infiltrarse en lo más mínimo en las enormes instalaciones pertenecientes al impresionante castillo de Arendelle, de esta única manera protegiendo valientemente a todas las buenas personas que se encontraban siendo resguardadas en las diversas zonas de aquélla gigantesca estructura formada casi en su totalidad de gruesas piedras.

Mismas inocentes personas que a su vez mantenían su completa confianza puesta en la valiente y hermosa fémina de inigualables orbes color azul turquesa que en ese preciso momento se encontraba arriesgando absolutamente su propia vida para poder proteger a todo su amado reino de Arendelle, tratándose al mismo tiempo de un bellísimo escenario repleto de exuberante nieve blanca que todavía se podía visualizar siendo totalmente invadido por aquéllos malignos seres de complexión esquelética pertenecientes al inexplicable mundo de las tinieblas.

Anna: No debemos permitir en lo más mínimo que esos miserables demonios logren infiltrarse en las instalaciones del castillo, en ese lugar se ubican demasiadas personas asustadas, incluyendo pequeños niños inocentes.

Ordenó la intimidante fémina de intenso cabello rojizo con una suma seriedad reflejada en sus palabras al estar observando cómo cada vez más y más terribles demonios continuaban atravesando aquél inmenso portal mágico que todavía seguía formándose sobre el tormentoso cielo de Arendelle, misma mujer portadora de una tremenda e indestructible determinación que además se encontraba aniquilando con su poderosa espada formada completamente de hielo electrificado a los numerosos seres malignos que en ese instante se apreciaban intentando acercarse a las gigantescas instalaciones de aquél impresionante castillo formado de piedra.

Kristoff: Son demasiados demonios, si ese terrible portal no logra ser cerrado por completo, el reino de Arendelle quedará totalmente invadido por esas criaturas.

Decía el joven pelirubio con una notoria preocupación reflejada en su voz mientras que a su vez permanecía cubriendole arduamente la espalda a su amada pareja sentimental que en ese preciso momento se podía visualizar aniquilando de una forma brutal a los malignos demonios, mismos seres de total complexión esquelética que además no podían evitar en lo más mínimo sorprenderse de una manera sumamente inimaginable debido a las devastadoras habilidades de combate que la hermosa reina momentánea de Arendelle se encontraba demostrando en ese instante en contra de todos ellos.

Mattias: No debemos retroceder, muchas buenas personas dependen ahora mismo de nosotros, somos su única esperanza, así que debemos darlo todo por ellos, incluso nuestras propias vidas si es verdaderamente necesario.

Habló el antiguo guardia real perteneciente a la nevada región de Arendelle con una expresión sumamente seria adornando su intimidante mirada al estar aniquilando a un inmenso número de despiadados demonios con su afilada espada formada completamente de hierro, siendo de esta ardua forma cómo él valiente hombre de color se apreciaba otorgándole una enorme determinación no sólamente a la hermosa fémina de intenso cabello rojizo cómo las bellísimas hojas en la tan esperada estación de otoño, si no también a todos los irreprochables hombres vestidos con gruesas armaduras que en ese momento se encontraban arriesgando sus propias integridades para poder proteger a toda costa a la nevada región que ellos más amaban en aquél maravilloso mundo repleto de humanos.

Anna: Si...sin sacrificio...no hay victoria.

Comentó la joven pelirroja con una inmensa seguridad reflejada en sus palabras antes de proceder a alzar en su totalidad aquélla impresionante espada formada totalmente de hielo y electricidad en dirección al nublado cielo de Arendelle, provocándose al mismo tiempo con este simple acontecimiento que la devastadora confrontación entre los valientes guardias reales en contra de aquéllos malignos demonios pudiera detenerse al menos por un pequeño lapso de tiempo debido a esa inesperada acción por parte de la reina, misma fémina de inigualables ojos color azul turquesa que simplemente se podía visualizar en ese preciso instante manteniendo una expresión sumamente seria en su intimidante mirada mientras todavía se encontraba sosteniendo de una forma firme su increíble arma elemental.