Capítulo 18

Mia

Me despierto cuando los rayos entran directamente por la ventana. Me levanto y enseguida me doy cuenta de que estoy sola. Una nota sobre una bandeja llena de comida lo ha delatado.

Me pongo de pie y la leo…

“He tenido que salir por trabajo”

Nos vemos a la hora de comer. Te quiero Mia”

No puedo evitar poner una sonrisa pero enseguida recuerdo todo lo que tengo encima.

Todavía no sé que hacer. Si justo delante de mí en mis manos tuviese una bola mágica que me dijera el futuro y lo que hacer y lo que no hacer todo sería más sencillo. Pero no es así. A cambio tengo un mar de preguntas sin resolver y otro mar de lágrimas que amenaza con brotar.

No espero encontrar una respuesta encerrada en estas cuatro paredes así que me visto y salgo fuera. Tengo que volver a la oficina. No puedo dejar que esto me detenga. Ni que me destruya o se apodere de mi. Así que desayuno y voy. El tráfico es más pesado de lo habitual. Me limito en los parones a observar las vías del tren y en como estas llevan años sin limpiarse.

El cielo está gris y enseguida comienza a llover. Quizás la vida me está queriendo decir algo. Cojo el móvil. El tráfico está completamente detenido. Esto tiene que tratarse de algún accidente.

Marco el teléfono de James y cuando le doy al teléfono para llamar unos golpes en el cristal me sacan de la pantalla del móvil. Es un policía que me está pidiendo que baje la ventanilla. Dejó el móvil en el asiento del copiloto después de colgar. No sé si he llegado a llamar.

—¿Si? —pregunto cuando la ventana está casi abajo y algunas gotas entran dentro del coche.

—Por favor el dispositivo móvil no se tiene que utilizar mientras conduce.

—Perdón pero como estabamos parados estaba avisando de que iba a llegar tarde.

—Está bien pero no lo vuelva hacer. Enseguida se va a mover pero salga por la primera salida. Llegara antes. Buen día —concluye y se marcha.

Creo que mi ángel de la guarda me está queriendo decir algo. A los pocos minutos el tráfico empieza a moverse y yo le hago caso y salgo de la autopista en cuanto puedo.

Llega a la oficina cinco minutos tarde. Si me despiden por esto tal vez sea todo más sencillo. Llego a mi mesa y hay un mensaje de voz en el contestador.

—Mia soy Oscar. Ven hablar conmigo en cuanto veas esta nota. Por Favor no hables con nadie.