Capitulo 65

Dos felices años de matrimonio llevo al lado de mi Clarita, dos años en dónde hemos crecido juntos, han habido diferencias que hemos sabido superar, los proyectos que iniciamos con la cadena hotelera nos han dado fruto, ya tenemos cinco en algunas playas del país, la asociación también ha crecido, toda la familia está involucrada de ella Clarita se ha hecho cargo.

Hoy hago entrega de la presidencia a Zully, hace unos días junto con Jacobo mi primo se graduaron los dos con honores en sus carreras, asi que me la pasaré de reunión en reunión todo el día.

Hace unos días en mi cumpleaños Clarita me dió la sorpresa de que vamos a ser papás, si está embarazada de cuatro meses y no nos habíamos dado cuenta, hasta que fue a un chequeo de rutina a la clínica de su tío y el le mando a hacer estudios al verle un pequeño bulto en su estómago, su tío es cardiólogo por lo que mando a traer una ginecóloga para que le hiciera una valoración y efectivamente hay un embarazo de catorce semanas, no ha presentado síntomas, como mareos ni vómitos, eso lo leí en unos libros wie compré, siempre ls pregunto y me dice wue se siente bien, hace sus cosas normal.

Se han de imaginar como está la familia con la noticia, felices y a la vez preocupados, la tía Paola los ha tranquilizado un poco, aún así su papá ha pagado al mejor genetista del país para que trate a su hija, aunque yo también estoy asustado, pero mientras nazca sano, si tiene el espectro estamos para apoyarnos.

La niña de Mine está grande Nicol se llama, y por fin se casó hace un año, Clarita y yo somos los padrinos de Nicol y es muy allegada a nosotros, más con Clarita.

Después de la entrega de la presidencia a mi hermana, me voy a la constructora, la reunión con los nuevos inversionistas me tienen un poco estresado, lo bueno es que me voy a tomar una vacaciones con mi esposa, aunque sea unos días de descanso en la hacienda de los abuelos, nos gusta ir ahí más a la montaña donde tuvimos nuestra primera cita y nos hicimos novios.

—Clarita, esposa mía ya llegué —la llamo entrando a la casa y ella se asoma desde el sillón de la sala, la saludo ya que está acompañada de su mamá y otra señora que no se quién es.

—Esposo mío, mira te presento, ella es la doctora Génesis Alcantar Ginecóloga genetista, estamos conversando sobre el embarazo —dice y saludo a la doctora sin tener acercamiento, me siento al lado de mi Clarita.

La doctora nos explica los cuidados que debemos tener y los estudios que se realizaran para asegurar el buen crecimiento del bebé, aunque no nos asegura que sea cien por ciento seguro tener el espectro, debemos estar tranquilos y sobre todo Clarita llevar sus controles y consultas psicológicas durante el proceso del embarazo, debido a que puede caer en depresión postparto o algo así, ya había leído y me recordó las palabras de un especialista en un libro que leí, “en el periodo perinatal, las mujeres con TEA son más propensas a padecer afectaciones en salud mental, dado que las dificultades inherentes a la condición se entrelazan con experiencias estresantes que pueden encontrar en el transcurso de su embarazo" esas palabras me aterran, escucho hablar a la doctora las indicaciones que debemos tomar, tomo su mano y se que también está con miedo.

—Es primordial que este libre de estrés, las terapias psicológicas ayudan a prepararse para la llegada del nuevo miembro de la familia, vamos a ir paso a paso, y les recomiendo que el parto sea aquí en casa, para que ella se sienta tranquila rodeada de su familia, de personas que la quieren —indica la doctora y se me hace factible, hablaré con papá y mi suegro para acondicionar una habitación con todo lo necesario para la llegada de mi hijo.

Los días fueron pasando, para ser exactos Clarita ya está en el octavo mes de embarazo, juntos vamos a las terapias y las clases prenatales eran en la casa, hacía tiempo para estar con ella, mamá y mi suegra estaban al tanto de todo, tuvimos toda la ayuda necesaria, más cuando había días en qué Clarita andaba extraña, el crecimiento del bebé iba bien, entre los dos decidimos tener un parto en agua y lo hablamos con la doctora y nos dijo que sería menos doloroso para ella, todo estaba listo para recibirlos en los próximos días.

Fin de semana nos reunimos con la familia, aquí en casa, he sido muy sobre protector con mi Clarita, por lo que hasta mi oficina la traslade para acá, la abuela preparó una comida, y en especial estofado de res que pidió Clarita, todos riendo y comiendo, Clarita hizo una mueca de dolor y se toca la parte baja de su vientre arqueando la espalda, seguido de un grito, no de que hacer, su papá la toma en sus brazos y sube con ella a la habitación, va escurriendo un líquido de sus piernas, mamá toca mi brazo haciéndome reaccionar, ¡mi hijo está por nacer!.

Saber los dolores por qué iba a pasar Clarita la hubiera cuidado o yo, de ahora en adelante tendré que hacer algo para evitar que ella sufra como lo está haciendo, la doctora me hizo entrar con ella a la tina para recibir al bebé, después de dos horas, nació Andrew, la doctora lo toma y se lo pasa a mi suegra para que lo limpie, mientras ayuda a Clarita a terminar de limpiarla yo salgo de la tina detrás de mi hijo, lo miro tan indefenso como un niño tan pequeño viene a alegrar nuestra vida.



Entre mamá y mi suegra lo cambiaron poniéndole un trajecito color gris, Clarita ya está en la cama y con mucho miedo toma en sus brazos Andrew para alimentarlo, la doctora le explica cómo hacerlo y está pendiente de cualquier cosa, los quedó viendo a los dos y me acerco sentándome a su lado.

Toda la familia entro a conocer a Andrew, lo miraron y llenaron de regalos más de los que ya les habían comprado, se fueron retirando poco a poco para dejar que Clarita descansará, me quedé con ellos.

—Gracias esposa mía, mi Clarita, por ser valiente y luchar hasta el final para que nuestro hijo haya nacido, fuerte y sano —le digo dándole un beso en su frente y otro en la cabecita de mi hijo.