Capitulo 7 - Laura Grayson

Ya estamos en la casa del mate de mi Karen. Como siempre, no pierdo la oportunidad de molestarla un poco, disfrutando de verla ruborizarse. Pero de repente, una melodía inunda mis pensamientos.

Es un sonido extraño, como un eco profundo que resuena en mi mente, llamándome.

Desconcertada, busco su origen.

Entonces, la puerta de la enorme casa se abre, y un chico sale al exterior. Nuestros ojos se encuentran.

Por unos segundos, el tiempo parece detenerse.

Sin previo aviso, se lanza sobre mí y me envuelve en un abrazo fuerte y desesperado, apartándome bruscamente de Karen.

-Mía -susurra con un tono de posesividad.

Pero yo no pienso en él.

Solo pienso en Karen.

Lo aparto rápidamente y corro hacia ella.

-¿Estás bien? -le pregunto, parándome frente a ella.

Lucas ya la tiene sujeta por la cintura, como si temiera que alguien la alejara de su lado.

-Sí -responde en voz baja llena de seriedad, sin añadir más.

Pero eso no me tranquiliza.

Me doy la vuelta y fulmino con la mirada al chico que me abrazó.

-¿Qué te pasa, imbécil? -le espeto, todavía molesta-. Casi la tiras. Deberías agradecerle a él...

Karen me agarra del brazo con suavidad.

-Oye, déjalo así. Estoy bien -me dice con dulzura-. Lo lastimas con tus palabras.

Dirijo la vista hacia el chico y noto que parece al borde de las lágrimas. No pude evitar contener una mueca, ¿Qué diablos?

Karen entonces me mira con complicidad y me pregunta:

-Él es tu tua cantante, ¿cierto?

Aprieto los labios y asiento.

Sin previo aviso, me empuja suavemente hacia él.

-Bueno, así no se saluda al amor de tu vida y pareja destinada. Ve. Yo estoy bien, solo... no te alejes mucho. No sé qué haría si algo te pasa.

La miro dudosa, pero ella me sonríe con firmeza.

Sus palabras me reconfortan, pero la forma en la que Lucas la sostiene me recuerda algo importante.

Karen no es débil.

Ella podría haber luchado contra todo lo que le hicieron... pero eligió no hacerlo.

Y eso es algo que nunca entenderé.

Lucas parece tenso y finalmente el silencio se rompe.

-Yo lo siento, Alpha -dice el chico que me abrazó, dirigiéndose a Lucas-. ¿Ella es tu Luna?

Lucas asiente con orgullo.

-Sí.

Pero Karen frunce el ceño notablemente, dando un paso para apartarse de Lucas.

-No -corrige con firmeza-. Soy Karen. La mate de Lucas y hermana de Laura.

Su voz es fría y letal cuando añade:

-Si le haces algo, te juro que con mis propias manos te destazaré sin remordimiento alguno.

Yo sonrío.

Ella siempre ha sido así.

Fuerte. Imponente. Amenazante cuando se trata de proteger a los suyos.

Mi tua cantante traga saliva y se ve algo pálido. Pobre. Aún no sabe que cuando Karen dice algo, lo dice en serio.

-Nadie se mete con mi familia -continúa con voz dura-. Y lo mismo va para quien se atreva a tocar a Arturo.

Veo que mi tua cantante suda frío. Y con razón.

Karen, una simple humana, está logrando asustar a un licántropo con solo su presencia.

-Espero que haya quedado claro -dice, mirando fijamente a Lucas-. Y tú -señala a su mate con firmeza, aunque en su mirada hay una ligera pisca de inseguridad, la desconfianza baila por sus ojos, no dejo de hacerlo desde que salimos del castillo-, lo mismo va para ti. Ten en cuenta que mi familia va primero, antes que cualquier cosa en este mundo. Incluso antes que yo misma.

Lucas la observa con admiración antes de abrazarla con fuerza.

-Serás una gran Luna -le susurra contra el cabello.

Karen no responde, aprieta la mandíbula, a pesar de que su mirada se suaviza un poco.

Entonces, Arturo carraspea, captando la atención de todos.

-Bueno, yo aún tengo sueño -dice con su tono despreocupado-. ¿Me pueden dar un cuarto o al menos un sofá cómodo para dormir?, por favor.

Lucas suelta una leve risa y asiente.

-Por supuesto.

Mira a mi tua cantante y le hace una seña.

-Dales habitaciones a ellos. Yo me encargaré de darle la suya a mi Luna.

Mi tua cantante asiente, aunque no me quita la vista de encima.

Y por primera vez, lo miro realmente.

Y siento que mi mundo acaba de cambiar para siempre. Y no sé cómo debería reaccionar.