Cápitulo 57

    Cuando lo vi a Nico en la puerta y con esa cara supe que algo grave había pasado. Y como lo conocía tanto, adiviné de ante mano que él tenía la culpa en gran parte. Las arruguitas de sus ojos delataban su sentimiento de culpa. Tenía la cara prácticamente fruncida y se comía las uñas como un loco.

-¿Qué pasa? –pregunté casi en un grito. Porque aparte de boba, soy dramática.

-Creo que me mande una grande esta vez –dijo y por vez primera lo vi realmente asustado.

-¿Con quién? –no sé porque mi mente trajo a colación de Tommy destrozado en la clínica la vez que lo vi en cuidados intensivos. Que fueran todos menos él.

-Con Tommy –susurró.

-¿Qué? –lo tomé de la campera y lo entré a empellones a casa -¡Ya me imaginaba que no andabas en cosas buenas con él! ¿Qué le hiciste?

-¡No Nina! ¡Para! –Gritó -¡No me juzgues sin conocer la historia! ¡Si hizo algo fue por vos! –se atajó.

   El estómago se me anudó. No entendía el significado real de la frase, porque desconocía el motivo por el cual Nico estaba asustado de que Tommy hubiese hecho algo por mí, a un punto, por lo que se veía, peligroso. Pero, no necesitaba de explicaciones para comprender que era algo malo.

-¡Desembucha! –ordené.

  Sus ojos negros y redondos me observaron con desesperación un instante y luego, pude notar que a pesar del susto, estaba decidido a decirme de una vez lo que pasaba. Esta vez no me esquivaría como días pasados.

-Es algo que también lo incluye a Baltazar.

¡Hay no! No, no y no. Trate de mantener la entereza. Pero las piernas comenzaron  a flaquearme.

-Decime –dije en un susurro seco.

  Entonces la puerta que había dejado arrimada se abrió de un golpe y un perturbado y enloquecido Tommy ingresó a través de ella.

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