Capítulo 62: 9 MESES DESPUÉS

Capítulo 62: Nueve Meses Después.

Han pasado nueve meses desde las vacaciones de verano donde conocí a Sebastián, mi hermoso leñador. Que ahora me cuidaba desde el cielo, todas aquellas historias se las repetía a Alejandra, y mi pequeña Sol. Mi hija. A quien estaba esperando. Llevaba ya ocho meses de embarazo. Deje vacilar a mi corazón y Felipe aprovecho para acercarse a mí, y darme el consuelo que tanto anhelaba en aquella entonces.

Aun mis suspiros se los llevaba mi bello leñador. Pero que le iba a hacer, él estaba en difunto en carne, pero vivo en mi corazón. A veces lo maldecía, pensando en por que no cumplió la promesa. Y la providencia me traía los recuerdos de su última noche conmigo, donde una tormenta me separo del hermoso chico. Pero tenía ganas de él, como una tierra que nunca había probado agua. Mis pensamientos se convertían en un vórtice, en las que mis horas se consumían y se hundían en el fondo, con un solo pensamiento El.

Felipe me hizo una propuesta de matrimonio para cuando estuviésemos en Capen Cop. —Al final si iré este Año— pero no sabía si portar una sonrisa, pues aún me recordaba que Sebastián también me lo había prometido. Felipe se iba a casar conmigo, aun no me lo había propuesto con legalidad, pero yo ya sabía que lo iba a hacer, y como no quedaba nadie mejor que el, en este mundo, mi respuesta iba a ser un sí.

Las cosas estaban fluyendo como agua de un rio, sin problemas en lo absoluto y hasta mi padre había dicho que si. Busque mi pasaporte como tres veces por la casa, y lo encontré en la última oportunidad, después lo revise meticulosamente dos veces, no se me escapaba nada, y lo menos que quería era un problema en la aduana del aeropuerto. Mi DNI y la  maleta llenas de ropa y trajes de baño.

Yo aún preparaba algunas cosas en la maleta y entre ellas algunas camisas de vestir y ropa para salir de noche. Seguro que él me iba a llevar a alguna fiestecilla o cena romántica. Así pasaba mi tiempo en la soledad de mi habitación hasta que el timbre de mi casa sonó tres veces. Yo pare de meter en la maleta ropa y me dirigí a la puerta.