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-¡Padre!- Grito mi hermana justo antes de que el soltara palabra para luego tomarme fuertemente por el brazo. –¡Mariela se escapó de su trabajo para ir a verse con Carlos!.-

-Mara..- Susurre para mí misma mientras la observaba sorprendida.

Me había traicionado cruel y sorpresivamente, Ella sabía la clase de castigos fuertes que solía darnos mi padre al desobedecerle y sobre todo sabía que como hermana debía guardar ese secreto como yo había guardado todos sus secretos con Edward durante años, Mientras mi padre marcaba fuertemente el cuero de su cinturón favorito sobre mis piernas, Pensé en comentarle todas y cada una de las verdades sobre su hija mayor y sé que ella temía que lo hiciera pues no dejaba de observarme temerosa luego de haberme traicionado, Pero preferí callarme y no formar más problemas por cosas que ya ni siquiera valían la pena, Ellos se casarían y nada de lo que dijera iba a perjudicar tanto a mi hermana como para arruinarle aquella felicidad tan grande que le invadía en ese momento.

Luego del inevitable y doloroso castigo por parte de mi padre, Fui enviada a mi habitación sin cenar y sin derecho a salir de allí hasta que mi padre lo indicase, No saldría más de casa ni siquiera para ir al trabajo pues él se encargaría de llamar a mi jefe para comentarle sobre mi renuncia y sobre llamar a la policía si Carlos se acercaba al establecimiento.

Llore toda la noche por el gran dolor que me había causado la traición de mi hermana, Llore más por eso que por las marcas que papa me había dejado en las piernas, Era la primera vez que me había golpeado con tanta fuerza. Aquella noche llore hasta quedarme dormida mientras pensaba solo un poco en la propuesta que me había hecho Carlos de irnos muy lejos.

A la mañana siguiente para cuando desperté, Me di cuenta de que mi hermana estaba sentada a un lado de la cama tomando un poco de crema, Me quede en silencio observándole y por supuesto adivinando cuál sería su siguiente movimiento.

-Tienes las piernas Moradas, Te pondré un poco de crema.- Me observo con lágrimas en sus ojos y movió las manos hacia mis piernas para llevar a cabo su propósito de ayudarme, Pero decidí alejarme rápidamente.

-No quiero que me toques.- Tome una sábana que estaba a mi lado y tape mis piernas con ella.

-Pero Mariela tienes las piernas muy lastimadas, Déjame ayudarte.- Volvió a insistir para acercar sus manos nuevamente.

-¡No quiero que me toques!- Respondí altera mientras movía mis piernas para que no me tocara.

-Mariela por favor lo lamento, No pensé que papa te daría esa clase de paliza.- Subió la voz mientras comenzaba a llorar.

-No lamentes nada, Tu no sientes ni te interesa más nada que no seas tú y Edward, Todo este tiempo me has estado demostrando que él es más importante para ti de lo que soy yo Mara y yo estoy harta de siempre colocarte de primera en todo cuando tu solo me ignoras y me buscas cuando me necesitas, No quiero volver a verte, No quiero ni siquiera que me dirijas la palabra, Eres una hipócrita y se perfectamente que eso con el tiempo va a empeorar, Ahora lárgate de mi cuarto que de mi castigo y de mis piernas lastimadas puedo encargarme yo. –Intente finalizar la conversación siendo fría y directa mientras me levantaba de la cama para ir al baño.

-Hermana. –Se levantó de la cama justo cuando yo lo hice para evitarme el paso. –Perdóname. Sinceramente no fue mi intención, Solo que no quiero que estés con ese mal muchacho que solo te trae problemas yo..

-No es tu problema si estoy con él o no, Deja de hacer el papel de hermana preocupada porque si te interesara tanto cumplirlo me habrías defendido cuando papa me dio 100 golpes con su cinturón en cada pierna, Por favor apártate de mi camino que quiero entrar al baño- Intente ni siquiera alterarme por la discusión y seguir mi camino, Simplemente había perdido todo sentimiento referente hacia ella.

-Mariela por favor escúchame.- Me tomo por los hombros.

-¡Ya basta Mara!- La empuje rápidamente haciendo que cayera al suelo y sin decir más palabra camine hacia el baño.

-¡Niña desagradecida!- Comenzó a gritar mientras se levantaba. – Te estas volviendo una salvaje como tu noviecito, ¡Este empujón definitivamente me hará reconsiderar si realmente te quiero en mi boda o no!-

-No te preocupes. – Me voltee justo antes de abrir la puerta del baño. –No pienso ir.-

No sentí ni el más mínimo dolor al romperle el corazón a mi hermana de esa manera, sabía que luego de ese momento ella no volvería siquiera a dirigirme la palabra nuevamente, Pero no me preocupaba pues ya ni siquiera tenía ganas de volver a decir alguna palabra en aquella casa.

No sabía cómo contactar a Carlos y comentarle que la idea de escapar no había salido de mi mente desde el momento en el que me lo había comentado y aunque aún no estaba totalmente segura de irme con él, Sentía mucho miedo de no volverle a ver.

Mi peor temor era que se fuera y no poder comentarle que definitivamente estaba pensando en irme con él pero que aún no estaba del todo segura de sí hacerlo, Aunque mi miedo ya no era por decepcionar a mi familia y estar lejos de ellos si no más por temer a lo desconocido.

Los días transcurrieron y las cosas en casa definitivamente habían empeorado, La tensión era cada vez más evidente entre todos nosotros la idea de irme se hacía más fuerte.

Solo tenía permitido salir a la cocina en las horas de comida, No podía tocar el teléfono ni tampoco podía dirigirle la palabra a mis padre a menos que ellos me preguntasen algo, Mi padre me trataba cada vez peor y mi madre se lo permitía para no llevarle la contraria, Mara y yo ya ni siquiera nos sentábamos juntas en la mesa, Me encargue de colocar mi silla totalmente lejos de la suya y esta hiso exactamente lo mismo, No escuche más sobre los planes de la boda aunque sabía que igual seria realizada, No me moleste en comprar vestido para la boda, No me moleste en intentar pedir disculpas a ninguno de ellos, Solo quería irme lejos para no tener que volver a sufrir la vida tan miserable que sentía que llevaba gracias a ellos.