-A2- Capítulo 24 Recuerdos [1/2]

La primera visión de Steven al llegar a su restaurante pudo ser en un principio reconfortante, pero al ver a Zen comiendo y esparciendo los empaques de todos los dulces que comía, su rostro quedó atónito.

—Juro que lo limpiaré Steven.– comió la última barra de chocolate.— Estaba muy ansioso por todo esto y sabes que yo sólo me tranquilizo comiendo. A todo esto, ¡bienvenidos! Incluso August está bien.– Lo señaló.

—Bienvenido señor Steven.– saludó formalmente August.— Me da gusto ver que todo salió bien.

—Incluso las dos invitadas no han hecho nada indebido. Aunque no sé qué pasó, parece que Lena por fin abrió los ojos.– la miró con cierto recelo.

En ese momento era una situación perfecta en donde Lena ya estaría haciendo gala de sus sarcásticos comentarios, pero en eso momento prefirió sólo quedarse callada.

Tanto Drake y Elián también vieron la presencia de Lena algo inapropiado, pero sabían que Steven los habían reunido por alguna razón.

Drake notó la presencia de una mujer diferente en el lugar y de inmediato alzó la mirada, sólo para apreciar a una mujer de cabello negro muy largo que tapaban sus ojos violetas. A pesar de la especie de capa negra que usaba, el vampiro coqueto notó que aquella mujer era esbelta y que incluso su piel era muy lisa y hermosa.

—¿Y no nos vas presentar a aquella dama?– palmeó el hombro de Steven.

—Bueno, si se han dado cuenta hay una nueva invitada en este lugar. Ella es...–Steven dudó en decir su nombre.

—Soy Elva.– habló con rapidez ante la mirada de todos, para una bruja era muy peligroso decir su verdadero nombre a cualquier desconocido.— Louise es mi ama, mi vida se le debo a ella, es por ello que ahora yo recompenso aquello con mi ayuda. Estoy aquí por la invitación del dueño de este lugar.

Antes sus palabras todo vieron sorprendidos al escuchar aquella historia, Drake no dudó en dirigirse a la joven fuerte.

—Louise, ¿no te molestarás si me acerco a ella? ¿Verdad?– Volteó hacia ella con precaución.

—Ella no es de mi propiedad, pero no sé si a ella le agrades, no pierdes nada con acercarte.– lo miró fijamente dándole una pequeña sonrisa.

La bruja de ojos violetas era algo reservada con los hombres, debido a su poco contacto con ellos por décadas. Pero por alguna extraña razón, se vio un poco atraída a la figura de Drake. Él podría ser un mujeriego, pero también era muy amable con las mujeres. Al estar cerca de Endra, él bajó la mirada hacia ella para sorpresa de la bruja, sonriendo de la mejor manera.

—Un gusto conocerte, Elva.

—También.–Elevó la mirada, mostrando sus ojos violetas. — Sólo te digo, que no yo no soy como las mujeres que buscas. A mi no me gusta los hombres que buscan sólo apaciguar sus bajos instintos. Debido a su soledad y aburrimiento.

—Oh...– a Drake le gusta las mujeres hermosas y sumisas, pero pareciera que aquella mujer pudiera ver hasta sus más íntimos secretos, era muy diferente a su ideal, pero por alguna razón aquello le atrajo aún más.— Veo que eres una bruja, pero no me gustaría que estés a la defensiva. No te comeré, aunque me gustaría verte más seguido por aquí.– Le guiñó el ojo.

—Ya terminó tu sesión de coqueteo, el maestro está esperando que termines con tu actuación.– Elián habló tajante.

—Envidioso.–Drake lo miró de reojo por interrumpirle su "caza".

—Ya habrá tiempo para dejar todo eso para otro momento, por ahora si no se han dado cuenta, Lena está presente. Saben todos muy bien que ella estuvo bajo el control de un demonio y que lo que hizo no fue lo correcto, pero hay justificación. Gracias a Louise ahora ella está liberada de ese sujeto.– Steven caminó hacia adelante para luego voltear para ver a sus tres trabajadores y amigos.—¿Acaso nuestro comienzo fue el mejor? Antes de sentenciarla, recuerden nuestro comienzo.

Los tres se miraron entre sí, de hecho su comienzo no había sido el mejor hace tres años, todos habían conocido a Steven en diferentes situaciones y en diferentes tiempos.

Aunque fue con August que empezó todo. Un vampiro anciano híbrido, solo en el mundo humano. La primera persona con el que inició su nueva vida fue con él, tal vez August fue el único que vio el aspecto más lamentable de Steven y a la vez lo amable que podría ser al aceptarlo a él como un amigo. August sabe perfectamente la razón por la que empatizó con él a pesar de ser un híbrido.

—El primero en conocer de los tres, fue a Elián, luego a Zen y por último a Drake. Ya que estamos en confianza, es bueno dejar ver a todos su pasado y juzgar el presente ¿No es así querida Louise?– La miró cediéndole la palabra.

— Todos son dueños de sus propios deseos y de su propia historia. Ustedes serán los primeros en juzgar a Lena, pero también deberán saber su propia historia. Deben escucharla.– dirigió su mirada hacia ella, lo cual Lena le devolvió una mirada nerviosa.

—Entonces comenzamos.– habló Steven con seriedad.

Los tres se alistaron para contar su historia desconocida para los demás. Cada uno sabía algo de todos, pero sólo conocían a un Steven de aquella época, menos sabían su tormentoso pasado. Aquello era un tabú para él contarlo, porque para el ojiverde, es algo que no merece ser recordado.

(***)

En una fría noche, un vampiro de aspecto muy joven deambulaba con ambas manos ensangrentadas, era sangre ya seca y proveniente de una humana híbrida.

Elián era el hijo sangre pura de dos vampiros de una familia no muy influyente. Su madre desapareció cuando aún era un niño y su padre se volvió a casar con una mujer humana. Debido a esa unión el tuvo una hermanastra, una niña inquieta y la cual él al no ser tan expresivo, su padre pensaba que la odiaba. Al igual que su madrastra.

Cuando pasaron los años, ya su hermana pequeña se notaba el mismo aspecto al que la de él. Ella quiso acercarse a su hermano debido a la distancia de los dos, pero nunca pudo Elián decirle a ella que no la odiaba. Sino que al contrario, sentía que él no debería ser parte de su familia y que no tenía ni la habilidad, ni la fuerza para protegerlos. Sentía que cuanto más tiempo pasaba, aquella familia desaparecería.