CAPITULO 24: DESPUÉS DEL BESO

NARRADO POR SULLYS

Las semanas después del castigo fueron un infierno. Mi mundo, que había encontrado en el amor de Kevin, se había vuelto un lugar gris. La rutina de la escuela y la casa se sentía como una prisión, y el silencio que se interponía entre Kevin y yo era un castigo constante. Cada día, en la buseta, me sentaba a su lado, pero la distancia entre nosotros era más grande que nunca.

Me dolía el alma. Me sentía sola, abandonada. Y, aunque yo misma había propuesto el pacto de guardar distancia, cada día me arrepentía más. Los rumores de la escuela se habían apagado, y la gente ya no nos miraba, pero el dolor en mi pecho era cada vez más grande. No podía seguir así. El miedo a perderlo era más grande que cualquier castigo.

Y en ese día, en medio del bullicio del recreo, la decisión se hizo clara. Lo tenía que encontrar. Lo busqué por todos lados, mi corazón latía con fuerza. Cuando lo encontré, estaba en el pasillo, con la mirada perdida en el suelo. Me acerqué, mi corazón palpitaba con fuerza.

"Ya es suficiente", me susurro, y la voz le salió más ronca de lo que esperaba. Él me miró, y en sus ojos vi la misma desesperación y el mismo anhelo que sentía yo.

Y en ese instante, en medio del caos de los estudiantes que corrían por el pasillo, nos fundimos en un beso. El mundo se detuvo. El sonido de las voces, el ruido de los pies, todo se desvaneció. Solo éramos nosotros, nuestro amor, y el sabor de los besos que nos hacían sentir vivos. Y en ese instante, en medio del pasillo, me di cuenta de que, a pesar de los obstáculos, nuestro amor era más fuerte que cualquier cosa que el destino nos pusiera en el camino.