Mudanza.

Tenía todas mis cosas listas para mudarme, no es que no me gustara este lugar, pero se me
hizo pequeño, el camión de mudanza llegó y empezamos a cargarlo. Tiene varias cosas
pesadas, me dijo uno de los ayudantes. Claro, soy coleccionista de muchos objetos, respondí.
Con todo ya listo en el camión, nos fuimos a mi casa nueva, donde tendría más espacio para
mis cosas y hobbies. Bajamos todas las cosas empacadas y empecé a ordenar mi nuevo hogar,
estaba muy feliz y se veían también felices mis vecinos que estaban decorando sus casas para
Halloween.
A la tarde siguiente me puse a cavar varias tumbas en mi amplio antejardín, los vecinos me
decían que estaba llevando la celebridad muy lejos, pero yo solo estaba empezando. Ya
cuando terminé de cavar entré a casa y saqué a la rastra los cuerpos en bolsas para ponerlos
en las tumbas. El cartero me felicitó mientras pasaba por fuera, se ven muy reales, dijo, trabajé
muy duro para este momento, respondí.
A los días posteriores tenía la casa decorada por completo, brazos y cabezas por doquier,
piernas en la entrada de la casa y unas manos llenas de caramelos en forma de anillos, pero
algo hacía falta, miré a mi alrededor y vi lo que necesitaba. Un día antes de la noche de
Halloween una pequeña del lugar había desaparecido, la policía hacía investigaciones, pero eso
no frenaba la ansiada noche para salir a pedir dulces y asustar con los disfraces.
La esperada noche llegó y cientos de personas pasaron a pedirme dulces, aterrorizados por mi
decoración salían corriendo hacia la calle. A todos les gustó el esqueleto que repartía los
dulces en la entrada de mi casa, nadie sospechó que era la niña extraviada, la usaré el próximo
año también.