Capitulo 37

-Cuando Gea me envío con el propósito de ser tu protectora, me asignó un alma gemela- suspiró pasándose las manos sobre su pelo.

-¿Un alma gemela?- pregunté confusa.

-Sí- afirmo- cuando uno encuentra a su alma gemela, su compañero de vida, enseguida algo dentro de ellos se activa creando un lazo a su alrededor, uniéndolos por siempre- bajó la mirada hacía sus manos- y eso es lo que me sucedió, encontré a mi alma gemela, cuando lo hice se creo un lazo entre ambos, uniéndonos- explicó- pero sabía que no podríamos estar juntos, no podiamos- suspiró.

-¿Porqué?- le pregunté con mucha curiosidad.

-Porqué mi deber era protegerte, cuidarte, no podía dejarte sola, no quería hacerlo, al verlo pensaba que quizás se alegraría de verme incluso se quedaría a mi lado- se levantó posando sus manos sobre su pecho- pero no fue así, se fue, no quiso estar a mi lado, entonces una parte de mi se rompió, mis ilusiones incluso esperanzas de que podríamos estar juntos se rompieron, como mi corazón- una lágrima rodó por su mejilla, escapando.

Sentí una leve opresión en el pecho.

Me sentía incómoda, podía sentir su dolor como si fuera el mío, como sí dagas fueran clavadas una y otra vez sobre mi pecho, dejando un ardor insoportable.

Me acerqué a su lado en silencio mientras rodeaba con mis brazos sobre sus hombros, uniéndonos en un abrazo, un abrazo que ella necesitaba.

Al igual que a mi..

-Lo siento- la abracé aún más fuerte- lo siento tanto- volví a repetir escuchando un leve sollozo de su parte.

***
POV Ethan.

Preocupado.

Eso era lo que me definía en este momento, me encontraba preocupado porque no sabía absolutamente nada sobre Alice.

No sabía lo que estaba sucediendo, el porque a estado alejada de nosotros, nada era como antes.

Todos entre nosotros había cambiado, todos cambiamos.

Alice es como mi hermana, mi mejor amiga, siempre estuvimos unidos, al igual que todos, o eso creíamos.

Pero en cambio ahora, ninguno tenía tiempo para reunirse, siempre había algo que nos impedía juntarnos todos como antes.

Observaba a unos metros de distancia a los chicos reunidos, se encontraban conversando de algo que parecía ser interesante, sus rostros se encontraban contraídos, frustrados.

Desde que comenzaron las clases siento que algo ocultan, que algo nos ocultan, algo serio.

Pensar en las posibilidades de que sea cierto, que quizás me esten ocultando algo me enfada, me enfada saber que no confían lo suficiente en mi para contarmelo.

¿Qué era aquello que ocultaban?

Aquélla pregunta había estado rondando en mi mete mucho tiempo, ocasionando una leve opresión sobre mi pecho.

Sabía lo que significaba...

Decepción.

Me encontraba decepcionado, decepcionado por todo lo que estaba ocurriendo entre nosotros, tantos secretos, misterios, mentiras.

Quería saber algo sobre Alice, pero intuía que quizás debería darle su espacio, todo lo que le estaba ocurriendo era nuevo para ella y sabía que necesitaría que estuviera apoyandola, y eso haría, no la dejaría sola, nunca.

Le había prometido desde pequeños que siempre estaría protegiendola, y seguiré cumpliendo de esa promesa.

Siempre tuvimos un lazo demasiado fuerte, se cuando ella me necesita, incluso cuando algo sucede y eso lo supe desde aquella noche sobre aquella calle desierta, cuando un grito realmente aterrador salió de lo más profundo de sus cuerdad vocales.

Haciendo que el suelo temblara bajo nuestros pies, dejando un zumbido doloroso en nuestros tímpanos.

Entonces antes de que se alejara de nosotros la abracé, queriendole transmitir que no estaba sola, no lo estaba.

Que me encontraba junto a ella y no la dejaría sola, pero sabía que algo no estaba bien en ella y cuando se separo para mirarme a los ojos lo termine de entender.

Tenía miedo

Miedo de que pensaramos que fuera un monstruo, miedo de lastimarnos.

Fue en ese momento que comprendí que me necesitaba más de lo que me imaginaba.